Border: Sentí algo hermoso

Crítica de Mariano Casas Di Nardo. - La Prensa

Si "Border" hubiera sido estrenada en los años "80, uno al terminar de verla se hubiese quedado con la intriga de saber cuánto de realismo y cuánto de fantasía existía en esos actores y en esa dirección. Hoy, Google nos disipa todo y, para bien o para mal, nos ecualiza la genialidad de su director, en este caso el iraní sueco Ali Abbasi. El mismo que irrumpió con su ópera prima "M For Markus", con la cual le avisó al mundo cinéfilo que llegaba para hacer mucho ruido, con una vitrina vacía en su living para llenarla de premios en lo inmediato.

Los pasos son los siguientes: confiar en esta crítica sabiendo que "Border" es una muy buena película e ir a verla. Que se verá un guion jamás visto en cine (adaptación del libro "GrŠns" del autor John Ajvide Lindqvist) y que las actuaciones son superlativas, al menos la de la protagonista. Después sí, disfrutarla o resistirla, y cuando todo haya decantado, inspeccionar sobre todos los ítems (por ejemplo, quién es la protagonista, Eva Melander) en la web para rendirse definitivamente ante la visión de este joven director de apenas 38 años.

MEZCLA DE GENEROS
"Border" trata sobre Tina (Melander), una vigilante de aduanas que posee la habilidad de oler la culpa, la vergüenza o la rabia de la gente, y así detectar si los viajantes ocultan algo entre sus pertenencias o en sus vidas. De extrema eficacia en su métier, le facilita la tarea a la policía local, a la cual ayuda a descubrir contrabandistas o redes pedófilas. Pero su don entra en crisis cuando se topa con Vore (Eero Milonoff), un ser extraño tanto en lo físico como en lo cotidiano. Y atraída por este sujeto, Tina comienza a hacer una retrospectiva en 360 grados, que la lleva a redescubrirse.
No es un filme de terror y tampoco de ciencia ficción, pero sí una mezcla de muchos géneros, para que el espectador reconozca en cada escena uno diferente. El romántico se plasma en lo ingenuo de una corrida por el bosque para concluir en uno de los actos sexuales más primitivos que pudo dar el séptimo arte en su historia.

Con actuaciones brillantes y una dirección minuciosa, en la que el guion desconcierta y rompe con todas las suposiciones, "Border" se convierte por momentos en una película terca, gótica y corrosiva. La historia fluye, los bajones de Tina se sienten y la intranquilidad que le superpone Vore a su rutinaria y mediocre vida, tensiona. Todo intercalado por lo bucólico de esos bosques suecos que invitan a visitar alguna vez el país nórdico. Con un impredecible final que justifica el inesperado giro que la historia da al comienzo.