Postiglione vuelve a arriesgar con su propuesta. Es su forma de hacer cine, le guste a quien le guste. El director rosarino, que se ganó un espacio en el podio del Nuevo Cine Argentino a partir de “El asadito”, apuesta al género policial en “Brisas heladas”. El nudo central se dispara sobre el cruce de los hermanos Bruno (Juan Nemirovsky) y Mabel (María Celia Ferrero), con una relación ambigua, pero más cerca de la traición que del amor. El robo de un bolso los enfrentará aún más y los pondrá de cara a sus miserias. Ellos desandarán viejos rencores familiares y lo mecharán con charlas sobre cine, música y tevé, en largos diálogos. Con sólidas actuaciones de Norman Brisky, como el villano de turno, y de Gastón Pauls, como el oficial de policía que debe resolver un asesinato, Postiglione desarrolla una trama con un cierre redondo, pese a que no se pueden soslayar algunos baches en la dinámica y ciertas situaciones poco creíbles. La ciudad de Rosario vuelve a ser protagonista y caen simpáticas las participaciones de Coki Debernardi y Popono, figuras del rock local. La música, en la que también colaboró el director, tiene sus puntos altos en la voz de Elli Medeiros, quien luce menos en su registro actoral. La película transita por la comedia y hasta por la tragedia clásica, con dispares resultados. Hay un guiño del cine dentro del cine en el comienzo del filme y un acertado tratamiento de la imagen y de la fotografía. Sin contar con un resultado logrado, es elogiable la actitud de búsqueda de Gustavo Postiglione.