El mito del trovador
Que el rock argentino siempre ha sido caótico no es precisamente ninguna novedad: desde mediados de la década del ´60 hasta principios de los ´90 (con el advenimiento del menemismo y la pauperización social se cierra el ciclo valioso del movimiento), se formaron y separaron en tiempo record una infinidad de bandas integradas por una serie limitada de apellidos ilustres que iban y venían de proyecto en proyecto. Miguel Abuelo, más allá de su eterna condición de mito inaprehensible, es quizás la figura que más se presta para resumir un trayecto histórico- musical tan convulsionado como nuestro país.
La génesis de su carrera estuvo en sincronía con la de todos los pioneros, durante los años de fuego recorrió Europa como artista callejero y el boom comercial de los ´80 lo encontró convertido en un verdadero huracán de carisma, puro corazón: lamentablemente a nivel popular sólo se conoce el material de la segunda versión de Los Abuelos de la Nada, la primigenia y la última están en el olvido (y no hablemos de las grabaciones que registró en su periplo francés). Su muerte a causa del SIDA en 1988 marcó un hito y, junto con la desaparición de Federico Moura y Luca Prodan, puso fin a un período de talento y gloria.
Sinceramente uno no puede más que frustrarse ante Buen Día, Día (2010), un documental expositivo con malogradas pretensiones líricas que no está a la altura del retratado. Ya sea fruto de la amistad o de la necesidad de hacerse con los derechos de las canciones, los realizadores Sergio Constantino y Eduardo Pinto no tuvieron mejor idea que estructurar la película alrededor del “viaje metafórico” de Gato Azul, el único hijo del trovador, en pos de descubrir la esencia de su padre o algo así: la edición nos obliga a soportar tomas estériles del joven en moto que interrumpen a cada rato una biografía de poco peso, casi televisiva.
Por otro lado ninguna de las entrevistas aporta datos significativos que no hayan sido trabajados en innumerables ocasiones (van pasando los infaltables Pipo Lernoud, Cachorro López, Gustavo Bazterrica, Daniel Melingo, Andrés Calamaro y Kubero Díaz, más Luis Alberto Spinetta, Horacio Fontova, Alfredo Rosso, Miguel Cantilo, etc.). A pesar de que el film acumula algunos testimonios inéditos del protagonista y registros curiosos de presentaciones en vivo, el audio siempre deja mucho que desear. Las buenas intenciones quedan empantanadas en el desfasaje general y la ausencia de una adecuada restauración…