Sobre la guerrilla audiovisual
Birmania vive desde hace casi cinco décadas bajo un férreo régimen dictatorial que mantiene cercado el país y en donde sólo los medios de comunicación oficiales pueden transmitir información, así las atrocidades cotidianas permanecen ocultas y silenciadas. Durante la segunda mitad del 2007 la junta militar removió los subsidios a los combustibles motivando un aumento significativo en los precios finales al público, circunstancia que vino a sumarse a “factores tradicionales” como la opresión social, la ausencia de libertades individuales, la prohibición de toda actividad política y el abuso a los derechos humanos.
En términos concretos en septiembre de ese año surgió un interesante movimiento de protesta que pareció poner en jaque al gobierno de facto: en un principio caracterizado por episodios aislados, pronto estos ejercicios de valentía mutaron en manifestaciones populares a gran escala impulsadas por la participación de los miles de monjes budistas del lugar. Sin embargo la pasividad de los generales frente a esta serie de marchas pacíficas duró relativamente poco y la temida represión no tardó en llegar, dejando una vez más como saldo varios muertos, numerosas desapariciones y una enorme cantidad de detenidos.
La obra que nos ocupa combina elementos de los documentales expositivos con los de observación, centrándose en el accionar clandestino de Joshua, suerte de “líder táctico” de la única cadena periodística opositora, la Voz Democrática de Birmania. Estamos hablando de un grupo de jóvenes que se dedican a registrar con cámaras camufladas los atropellos, castigos y detenciones que padece el pueblo a manos de las autoridades enquistadas en el poder. Sacando el material a través de Internet o vía satélite, éste se edita rápidamente para luego regresar por aire y ser retransmitido al resto del globo mediante servidores web.
El realizador dinamarqués Anders Østergaard ofrece el testimonio en primera persona del protagonista acerca de esos acontecimientos de septiembre, utilizando recreaciones y permitiendo que las imágenes originales de la organización despejen cualquier duda. Así es cómo presenciamos los intentos rudimentarios de edificar un enérgico mecanismo de denuncia contra las barbaridades perpetradas por los militares: esta guerrilla audiovisual no sólo cumple su cometido sino que además adquiere la suficiente preponderancia como para importunar al sistema, poniendo en evidencia las tristes mentiras difundidas a nivel masivo.
Burma VJ: Noticias de un País Aislado (Burma VJ: Reporter i et lukket land, 2008) es un retrato muy eficaz tanto de una red encubierta como de la incomunicación colectiva, producto de un estado policial y totalitario que por lo burdo parece una traslación directa de aquel paradigma que tan maravillosamente dibujó George Orwell en su mítica novela 1984. Trazando un paralelo con los trágicos sucesos de 1988 y explicitando la importancia social de la figura de Aung San Suu Kyi, ilustre acreedora en 1991 del Premio Nobel de la Paz, Østergaard construye una experiencia intensa que exalta la osadía de esta lucha ejemplar…