Regreso con desmemoria
La esperada secuela de una de las mejores películas de Pixar de todos los tiempos no sólo cumple con las expectativas sino que las supera ampliamente y hasta se da el lujo de prometer una tercera parte
Pasaron ya trece años desde el estreno de la película original pero ni los fanáticos de Buscando a Nemo ni los pequeños que la conocen desde hace poco tiempo pueden olvidarla. La emotiva historia del pequeño pez payaso y su padre Marlin no serían lo mismo sin el agregado de Dory, la divertida compañera de viaje que le dio el toque de humor con su pérdida de memoria a corto plazo.
Pero este pez cirujano llegó a alcanzar tanta popularidad que a la hora de planificar una secuela se convirtió en la opción obvia para encauzar la historia. ¿Cómo es que Dory no se perdió en la inmensidad del océano antes si no puede recordar dónde estuvo hace tres minutos?
De esta manera, llega a los cines este jueves esta nueva historia en la que la pecesita logra recordar algunos detalles sobre su vida anterior y decide partir en busca de su familia de origen en compañía de (muy a pesar suyo) Marlin y el pequeño Nemo.
La corriente (y el guión) llevará a estos personajes a un acuario ubicado en la costa oeste de los Estados Unidos en el conocerán a una galería de personajes que nada tiene que envidiarle a los de la película original y que le darán inesperados giros a una historia que se zarandea entre la ternura y el humor de manera continua.
Esta nueva entrega cuenta con la dirección de la anterior película así como también de Wall-E; y de Angus MacLane que realizó algunos cortos de Wall-E y Toy Story para la televisión. Y realmente se nota que la realización corrió por cuenta de dos personas ya que no parece haber nada librado al azar en un producción que funciona como un mecanismo de relojería: todos los gags se encuentran espaciados por el tiempo suficiente como para recuperarse del anterior, la música llega justo a tiempo para acompañar las escenas más emotivas y, por sobre todo, los escenarios, que se muestran tan realistas que parecen haber sido filmados en lugar de generados por la computadora.
Este grado de realismo actúa de forma tan efectiva que es un ingrediente más en una película que lleva al espectador a "sumergirse" en la historia de la que no puede escapar incluso hasta después del cartelito de "fin" que corona la película.
Termina de cerrar el programa para este fin de semana largo el corto "Piper" que narra la historia de un hambriento polluelo que se aventura fuera de su nido por primera vez para excavar en busca de comida en la orilla del mar. Sencillamente maravilloso.
Y una última mención: el pulpo Hank, que se logra llevarse las palmas a pesar de que el protagonismo absoluto lo mantiene Dory a lo largo de toda la película. Un hallazgo que merece una película para él solo la próxima vez que se les ocurra hacer una secuela.