Alguna vez tenía que concretarse. Luego de tanto amenazar, un meteorito de 140 kilómetros efectivamente destrozará al planeta Tierra y aniquilará a toda la humanidad. Todos los intentos por evitar este Apocalipsis han fracasado. El fin de los tiempos está ahora a la vuelta de la esquina: en 21 días no quedará nada de nuestro mundo.
Con la humanidad living la vida loca, Dodge (Steve Carell) es abandonado por su esposa, ve suicidarse a sus colegas de la compañía de seguros donde aún trabaja y descubre que su empleada doméstica quiere seguir aseando su coqueto departamento hasta que efectivamente no seamos más que polvo. En una de estas noches de soledad, conoce a Penny (Keira Knightley) su despistada vecina que padece hipersomnia diurna, un exceso de somnolencia que la mantiene despierta casi toda la noche y durmiendo durante gran parte del día.
Cuando comienzan los saqueos y disturbios en el barrio, ambos deciden emprender un último viaje para despedirse felices de esta vida: él en busca de su novia de la secundaria y ella tratando de reencontrarse con su familia en Inglaterra.
Una road movie apocalíptica con mucho humor y mucho drama fue el terreno elegido por la guionista Lorene Scafaria para su debut como directora. Nada quedará de nosotros en escasas tres semanas y en lugar de ponerse seria presentando un análisis social de cómo enfrentaríamos los desesperados humanos esta situación, decidió abocarse a los pequeños detalles de sus protagonistas y tomarse en solfa esta realidad que nos tocó enfrentar.
Las fiestas serán descontroladas, los límites de las parejas desaparecerán, el sexo estará a la orden del día y los tapujos con las drogas dejan de existir. Sin embargo, esto no aplicará en el caso de Dodge, quien decide mantener la cabeza fría y actuar de acuerdo a sus convicciones hasta que el mundo colapse. Es por eso que la relación entre él y Penny, si bien carezca de la tensión sexual o de la química imprescindible en una historia rosa, no modifica la efectividad de la película. Ellos son dos seres abandonados a su suerte, desanimados, carentes de amor, que deciden compartir sus últimos días construyendo una relación de respeto, amor y cariño, pero para nada sexual.
Cuando todo llegue a su conclusión nadie querría estar solo, ¿por qué Penny y Dodge deberían sentir algo distinto?