Cage cruzado
Resulta difícil comprender por qué Nicolás Cage elige algunos títulos tan olvidables. Y no es que Cacería de brujas (Season of The Witch, 2011) sea uno de ellos, pero ciertamente tampoco se encuentra a la altura de su labor en muchos de los trabajos que ha realizado.
En esta oportunidad, el director Dominic Sena –el mismo de Kalifornia (1994), Swordfish (1999) o 60 segundos (Gone in 60 Seconds is, 2000) también con Cage- convoca al actor para un film de acción y aventuras que tiene como trasfondo la Peste Negra de la Europa medieval, las Cruzadas y las cacerías de brujas. Behmen (Cage), un justo y valeroso cruzado y su inseparable compañero Felson (Ron Perlman) retornan decepcionados de las batallas en Oriente. Encuentran una Europa deprimida por la peste y la pobreza. Acusados de desertores, para librarse de la horca deberán llevar a un tribunal eclesiástico a una joven sospechada de ser la bruja causante de la gran peste. La historia, que combina acción y aventura con un poco de fantasía, se desarrolla en fríos y húmedos bosques con climas enrarecidos por la presencia de fuerzas desconocidas. Los protagonistas emprenderán una travesía sin saber si la fuente del mal proviene del exterior o si realmente viaja con ellos.
Es imposible saber qué pasa por la cabeza de Nicolas Cage a la hora de elegir sus papeles en la pantalla grande. No cabe duda que hizo buenas elecciones, que puede actuar y muy bien, y si no vale la pena recordar algunos títulos como Educando a Arizona (Raising Arizona, 1987), Corazón Salvaje (Wild at Heart, 1990), Adiós a Las Vegas (Leaving Las Vegas, 1994), Vidas la límite (Bringing out the dead, 1999), El ladrón de orquídeas (Adpatation, 2002),) o Un maldito policía en Nueva Orleans (Bad Lieutenant Port of Call New Orleans, 2009). Esto es: directores como Alan Parker, los hermanos Cohen, Lynch, Scorsese, Spike Jonze o Herzog lo escogieron para sus proyectos. También demostró poder con la taquilla en films como La Roca (The Rock, 1996), Con Air (1997), 60 segundos o National Treasure 1 (2004) y 2 (2007). Y queda igualmente claro que sin importar el género del film, la capacidad interpretativa de Cage puede soportar cualquier desafío.
Cacería de brujas se propone como un film de entretenimiento ligero y sin muchas pretensiones, que seguramente engrosará la lista de películas para ver un martes por la tarde –temprano- en cualquier señal de cable. Las razones por las que Cage elige este tipo de películas no pueden estar muy lejos de lo estrictamente económico, y habrá que seguir esperando alguna de esas perlitas que de tanto en tanto lo tienen en el rol protagónico.