Todos anhelan vivir el sueño americano. También Larry De Cecco (Martín Bacigalupo), un latino residente en Nueva York. Va de un casting a otro, esperando al menos una oportunidad, mientras trabaja cargando pesadas cajas para una empresa de mudanzas. También en sus ratos libres concurre a una iglesia evangélica. Otros pasatiempos más inusuales (espiar mediante una cámara oculta a la chica que, coachsurfing mediante, se hospeda en su departamento) y la sensación de que actúa casi cada minuto de su vida dan indicios de que no es una persona del todo normal, y que será capaz de cruzar límites con tal de encontrar su propia idea de éxito.
El film del catalán Carles Torras presenta lo que parece otra historia sobre aspiraciones a triunfar en los Estados Unidos, en el centro del mundo, pero se trata de una excusa para explorar la psicología de un individuo cuya mente va en deterioro. Tiene fuertes punto en común con la posterior Nadie Nos Mira, de Julia Solomonoff. En esta película, Guillermo Pfening también encarna a un actor latino (en este caso, de Argentina) que quiere hacer carrera en Nueva York, con las dificultades que eso implica en estos tiempos tan difíciles para los inmigrantes, y se muestran partes de la celebérrima ciudad que no figuran en las postales, que vinculadas a la dura realidad. Pero mientras que Solomonoff le da a su historia un tono dramático, Torras comienza imprimiéndole a su largometraje un sabor comedia negra, para derivar en un thriller cada vez más oscuro y violento a niveles desagradables.
El actor chileno Martín Bacigalupo (también coguionista) es el principal responsable de hacer creíble a Larry, quien habla y se mueve de manera exagerada, como si viviera en un aviso publicitario. De hecho, hasta habla en inglés cuando está solo o en presencia de otro latino. Un recurso buscado por los responsables del film, y que permite adentrarnos en la extravagante psicología del personaje. En el elenco también se destaca Larry Fessenden como su jefe. Sin ser una luminaria, Fessenden viene siendo uno de los nombres fuertes del cine independiente estadounidense, sobre todo de suspenso y de terror, desempeñándose como director, guionista, actor o productor.
Callback muestra la contracara del american dream y nos sumerge en una auténtica pesadilla americana.