Cuando está bien hecho, cuando se le pone esfuerzo, cuando hay cine, las películas decididamente pasatistas (sean de Argentina o de cualquier parte del mundo), siempre tienen sus hallazgos, siempre ofrecen un poco más que chistes fáciles. Cantantes en Guerra (2017) es un buen ejemplo.
Ricardo (José María Listorti) y Miguel (Pedro Alfonso) son amigos, son músicos y conforman un dúo con ganas de triunfar. Pero en el casting al que se presentan sólo eligen a Ricardo. Pese a sus promesas de hacer razonar a los responsables de que son un dúo, un corte a 20 años después muestra al ahora denominado Richie como a una estrella pop. En ese contexto de fama y fortuna reaparece Miguel, hoy un humilde profesor de música, casado y con una hija. El reencuentro motiva que Richie lo invita a su gira por la provincia de Salta. Richie terminará hundido por su propio carácter arrogante, y Miguel tendrá la oportunidad de ocupar su lugar como astro latino. De pronto los roles quedan invertidos y comenzará una batalla despiadada.
Fabián Forte ya había trabajado con Listorti y Alfonso en Socios por Accidente (2014) y su secuela, en aquella oportunidad codirigiendo junto a Nicanor Loreti. Ahora Forte en solitario toma las riendas del proyecto, y si bien él no es autor del guión -allí participan dos de los responsables de La Última Fiesta (2016)-, aquí se notan las preocupaciones que caracterizan su filmografía más personal, como el costado oscuro de la naturaleza humana y la crítica hacia la sociedad de consumo. En Cantantes en Guerra nadie es un santo: en mayor o menor medida, todos se dejan llevar por la ambición, por la codicia, por el materialismo, por el lujo, y no pocas veces caen en conductas de dudosa moral. Sobre todo, por el lado de la industria discográfica, por el mundo del espectáculo todo, con su devoción por los ídolos y por la caída de esos ídolos. Pero los personajes siguen siendo humanos y, por lo general, hay aprendizaje y redención al final del camino. Todo esto, contado como una correcta comedia para toda la familia, sin pretensiones, dispuesta a divertir.
Se nota que Listorti disfrutó haciendo su papel (una parodia del prototípico cantante latino), y aunque Alfonso tenga un registro actoral limitado, ambos conforman una dupla efectiva. El elenco secundario incluye a Osvaldo Santoro, Facundo Gambande, Soledad García, Fiorela Duranda, Inés Palombo y Diego Reinhold; unos representan el anclaje con el mundo real, mientras que otros encarnan el costado más despiadado del show business.
Cantantes en Guerra nunca deja de ser lo que es: un producto para todo público. Así y todo, cumple muy bien con su cometido, sin chistes revolucionarios aunque sin jamás insultar la inteligencia del espectador, y además habla de los peores aspectos del negocio del entretenimiento.