Capitán Phillips

Crítica de Ximena Brennan - Si·Ne

El 17 de octubre llegó a las salas argentinas Capitán Phillips (2013), dirigida por Paul Greengrass y protagonizada por el talentoso Tom Hanks a quien recuerdo mucho en sus mejores papeles en el cine: en Philadelphia (1993), Forrest Gump (1994), Milagros inesperados (1999), Náufrago (2000) y La Terminal (2004), entre otros. Este año se espera el estreno de El sueño de Walt Disney, donde interpreta ni más ni menos al genio de los dibujos animados.

Esta película está llena de tensión. Tom Hanks interpreta a Richard Phillips, el encargado de comandar un buque de carga que se dirige hacia las costas de África, más precisamente a Somalía, una zona muy peligrosa por estar plagada de piratas.

La suerte no estará de su lado porque luego de varias horas tratando de evadir a unos asaltantes acuáticos, éstos finalmente alcanzan el barco tomándolo a él como rehén. Por supuesto que el resto de la tripulación está escondida y estos ladrones desconocen dónde. Obviamente Hanks será el héroe que arriesgue su vida por salvar al resto, saliéndose un poco de sus papeles tradicionales de tipo común.

Más allá de todo, el film soslaya una idea presente en la mayoría de las cintas de Hollywood desde hace varios años: las fuerzas del orden- la policía, el ejército, la armada e incluso el gobierno- siempre llegan tarde a todos lados o toman malas decisiones; los protagonistas de la historia son los que tienen que arreglárselas como pueden frente a una situación problemática.

Ya está por demás comprobado este aspecto. Sólo basta con ver algunas películas norteamericanas actuales para deleitarse con las hazañas de los protagonistas totalmente desprotegidos. Pero no seamos ilusos; hay que entender además que si estas fuerzas del orden estuvieran presentes siempre y oportunamente, no existiría de ninguna manera dicha película.

Lo más atractivo para el cine más conocido como "de acción" es justamente este elemento; tomar el conflicto, llevarlo a su máxima expresión y que la policía siempre quede como imbécil, inservible o corrupta. Aquí también se da esta ecuación y Dios sabrá por qué el cine estadounidense decide darnos constantemente este mensaje. Esto, señores, es otro motivo de discusión.

Nos hemos topado también con el extremo opuesto: aquellas famosas películas norteamericanas cuyas tramas enfatizan la idea de que Estados Unidos siempre tiene el control sobre todo. Un ejemplo de ello es Día de la Independencia (1996) de Roland Emmerich, donde vemos que el ejército actúa rápidamente con toda su artillería, hecho que haría las veces de Tercera Guerra Mundial. Una parodia muy buena de este film es Marte Ataca, también de 1996, dirigida por Tim Burton.

Otra punta bien clara y visible en Capitán Phillips la encontramos en una escena gloriosa: cuando uno de los piratas somalíes decide llamar "Yanqui" al capitán. Luego de un rato, el mismo sujeto le dice que no le gusta ese apodo, que mejor lo va a llamar "Irlandés", para luego terminar por ratificar su concepto sobre los Estados Unidos con un "I love America" ("Amo a América").

Basada en un hecho real, la película de Greengrass tiene un relato sólido, coherente y una buena cuota de tensión, hecho que la hace sumamente atractiva en sus 134 minutos de duración.

4/5
SI

Ficha técnica:

Dirección: Paul Greengrass
Guión: Billy Ray
Duración: 134 minutos
Género: Drama
País de origen: Estados Unidos
Año: 2013
Estreno(Argentina): 17 de octubre de 2013
Distribuidora: Sony Pictures