Carol, la nueva película de Todd Haynes, una historia de amor prohibida entre dos mujeres basada en la novela de Patricia Highsmith y protagonizada por Cate Blanchett y Rooney Mara.
Todd Haynes es uno de los directores más exquisitos que tiene el cine hoy en día, aunque nunca termine de ser reconocido como tal. Sus películas suelen tener un modesto éxito, son alabadas por la crítica, pero a la hora de la temporada de premios apenas logra colarse en algunas categorías. Con Carol parecía que eso iba a cambiar, no obstante su director no fue nominado a los Oscars y la película tampoco logró estar en la categoría principal. Pero eso es un detalle, porque ya sabemos que los Oscars no son criterio de nada.
El realizador que supo retratar como nadie a figuras como Karen Carpenter, Bob Dylan y David Bowie, sin necesidad de hacer biopics, sino simplemente retratar sus mundos, decide esta vez adaptar una novela de la escritora Patricia Highsmith. Con esta novela como referencia, vuelve a retratar desde la esencia más pura en este caso una historia de amor. Un amor que no necesita un beso hasta pasada más de la mitad de la película, porque está presente en cada mirada, en cada roce de manos, en cada respiración entrecortada. Si es así como nos sentimos al estar enamorados…
Las palabras sobran porque a la larga no todo se puede expresar con palabras. Y Haynes apela a esa sutileza, por eso es un director tan único. Haynes es alguien impecable en su trabajo, capaz no sólo de contar historias de un modo sutil pero totalmente efectivo, plasmando sensaciones sin subrayarlas, sino de construir imágenes que fortalecen cada una de esas historias.
Es así que Carol no sólo cuenta con una cinematografía (a cargo de Ed Lachman) y puesta en escena muy cuidados, precisos sin ser sobrecargados, teniendo en cuenta que es una película de época pero que todo el tiempo se siente contemporánea, sino que su guión, escrito por Phyllis Nagy, está lleno de información no dicha en la superficie. En Carol predominan las miradas y los roces, y los diálogos acompañan la construcción de estos personajes. Por un lado tenemos a Carol, una mujer separada y con una hija, de apariencia fuerte y dominante, avasallante, interpretada de manera magistral por la inigualable Cate Blanchett. Y por el otro a Therese, la joven que aún no sabe lo que quiere (trabaja en una casa de muñecas, pero le gusta los trenes y sabe mucho de ellos porque lee al respecto aunque “tal vez no debería”, le gusta sacar fotos pero no cree ser buena y no se atreve a sacarle a las personas porque siente que puede estar invadiendo, está en pareja con un joven prometedor pero cuando aparece la posibilidad de un viaje en auto con Carol no duda en abandonarlo) pero no por eso no deja de intentar, despacio, a su tiempo, ver qué es para ella. “No sé lo que quiero, ¿cómo voy a saber lo que quiero si le digo sí a todo?”, reflexiona en algún momento. Rooney Mara aporta mucha autenticidad a su Therese, la verdadera protagonista (aunque Blanchett esté nominada como Actriz Principal y Mara en la categoría de Reparto), es a través de y con quien vivimos la transformación del personaje.
A todas estas incertidumbres que se generan siempre ante una nueva relación, aunque todavía uno no la llame así, se le suman los prejuicios y barreras impuestos por la sociedad en una época que no acepta nada que les parezca fuera de la norma.
La resolución, que por supuesto no adelantaré, no es más que lo que termina de posicionar a Todd Haynes como el director que es, capaz de contar historias de la manera más real posible, a sus tiempos. Son dos imágenes que lo dicen todo sin decir nada más.
Porque como reza el tagline de su película, “Algunas personas cambian tu vida para siempre”. Y eso sucede cuando realmente nos enamoramos, y de Carol uno se enamora, y es de esas películas que se quedan con uno para siempre.
Elegante y sutil por sobre todas las cosas, intimista y tan hermosa como devastadora, Haynes hace de esta historia aparentemente pequeña una gran película y logra reflejar como nadie el deseo entre dos personas. Las actuaciones de Blanchett y Mara le suman delicadeza a uno de los mejores films del año, Carol.