Nunca digas nunca
Después de su gran paso por la pantalla chica con Todos contra Juan y su anterior obra Días de vinilo, Gabriel Nesci regresa con Casi leyendas, una comedia que vuelve a adentrarse en el mundo de la música y las amistades que perduran a través del tiempo.
Los años no pasan para todos igual, la música tampoco. Esto Gabriel Nesci lo entendió y supo plasmarlo decentemente en Días de vinilo, tomando el combo de música de antaño – viejos amigos para poder darle vida a una historia rendidora. La fórmula se repite aquí: un grupo de amigos, conformado por Axel (Santiago Segura), Javier (Diego Peretti) y Lucas (Diego Torres) se reúne después de más de 20 años sin verse para resucitar una banda de rock que ellos formaban y habían logrado saltar al estrellato en los 90, sin mucho éxito ya que, por contingencias de la vida, deben abandonar la música.
Al encontrar paralelismos con grandes bandas como Soda Stereo, Virus, entre otras que tomaron vuelo en la década de los 80 y volvieron a reunirse décadas después, es muy fácil empatizar con este grupo de viejos músicos que se reencuentran después de tantos años, con todo lo que eso significa y con lo que les cuesta amalgamar sus propias vidas con su vieja pasión. El trío es de lo más peculiar: uno es un padre viudo y depresivo que no puede tener una mínima conversación con su hijo adolescente, otro es un abogado exitoso que de la noche a la mañana pierde su trabajo, y el último es un español con síndrome de Asperger cuyo único “amigo” es el enfermero de su padre. A simple vista, la vida es un desastre para este conjunto, y a medida que los conflictos se multiplican, los personajes van evolucionando junto con las canciones que acompañan todo el film.
Con un diseño de producción eficiente, un guión correcto y una banda sonora que pide pista por sí sola; Nesci regresa a pleno con una de sus pasiones más grandes, la música funciona tranquilamente como un personaje más dentro de la historia, la combinación entre el drama y el humor se da de muy buena manera, sin caer en golpes bajos ni en chistes fáciles.
Las actuaciones también merecen un reconocimiento. Peretti, Torres y Segura conforman un trío de lo más simpático, de vista parecen completamente dispares, pero la química que demuestran en pantalla se transmite y resulta una experiencia muy grata verlos congeniar tan bien. Santiago Segura es, sin duda, el que se lleva los aplausos con su personaje, casi podría decirse que el guía en la historia es él, mientras que los otros dos lo acompañan decentemente. Además, verlo a Diego Torres interpretar el papel de un baterista y correrse del lugar convencional de cantante al que nos tiene tan acostumbrados es un acierto por parte del director, el no caer en el típico cliché de todos los artistas que se interpretan a sí mismos, a no ser que quieran parodiarse, como es el caso de Cae, quien tiene una pequeña pero impecable participación en la película.
Podría decirse que Casi leyendas es un tributo a todas esas bandas que resurgieron después de mucho tiempo, pero nos estaría faltando hacerle justicia a su banda sonora tan original que, por cierto, no sería nada raro que busque su lugar en las disquerías.