Esta mixtura estándar de La huérfana (Orphan, 2009) y La profecía (The Omen, 1976) entretiene sin grandes pretensiones y hasta por momentos está bastante bien editada. Pero la historia nunca llega a atrapar del todo debido a un guión predecible, efectos digitales baratos, el abuso de lugares comunes y una Renée Zellweger poco verosímil dentro de la estructura del género. Por lejos lo mejor del film es la actuación de Jodelle Ferland, la talentosa protagonista de Tideland (2005) de Terry Gilliam. Tan amena como olvidable, desaparecerá rápidamente sin pena ni gloria…