¿Puede una actriz que por momentos se vuelve insoportable arruinar por completo una película? Sí, por supuesto, casi siempre. No hay más que mirar a buena parte de los films de Angelina Jolie, Nicole Kidman y otras divas durante los últimos años. A Renée Zellweger no le da el piné para ponerse a la altura de la fama del resto de las divas pero sí su índice de intratabilidad. Caso 39 por suerte resiste hasta ese afán de la rechonchona simpaticona de Bridget Jones por exagerar cada grito que le provoca esa nena que, como trabajadora social que es, salvó de las garras de sus padres cuando la sometían a un peligroso ritual. Pero esas situaciones terroríficas que construye el alemán Christian Alvart resisten todo y eso transforma a Caso 39 en una película sólida que mete miedo y se acerca, aunque no le alcance, a esa joyita del terror del año pasado que fue La huérfana.