Una trabajadora social está harta de ver casos de violencia familiar con niños sufridos.Y decide deterse en un caso, el 39, para salvar la vida de Lilith (una brillante Jodelle Ferland). Por proteger a la niña de diez años se topará con el peor momento de su vida, ya que toma la decisión de adoptarla y llevarla a vivir con ella, sin saber que Lilith está muy lejos de ser una nena del montón. La película tiene de positivo que lleva al espectador de la mano hasta el final, pero lo grave es que cae en lugares comunes, ya que muestra casi todos los tics de las películas del género. Pese a que en la primera mitad de la película no parece una película de terror, en la segunda parte sobran las apariciones sorpresivas detrás de la puerta con el impacto musical, la reiterada utilización de los insectos y el estigma del héroe, o en este caso la heroína, que es capaz de luchar sola contra el mal, aunque no sea terrenal.