Rock, recuerdo y nostalgia
A través de una mirada retrospectiva y con aires de nostalgia, Cemento: El documental (2017) realiza un recorrido conceptual por una de las principales usinas culturales que tuvo Buenos Aires y que desde hace varios años funciona como estacionamientos de vehículos del Gobiernos de la Cuidad.
Basado en su propia experiencia, Lisandro Carcavallo construye su ópera prima con el objetivo de reivindicar la esencia de esta famosa discoteca fundada por Omar Chabán y Katja Alemann en 1985. El trabajo muestra como surgió la idea, el proceso de construcción, la inauguración, la figura de sus dueños, la movida artística que fomentó y hasta el reconocimiento que se le otorga en la actualidad.
Una gran cantidad de voces y miradas convergen entre sí, para dar vida a un film que deja al descubierto un arduo trabajo de producción y una gran predisposición por parte de los entrevistados. Algunas de las personalidades que participan son el Indio Solari, Mario Pergolini, Ricardo Mollo, Ricardo Iorio, Raúl Villarreal, Juan Di Natale, Carla Ritrovato, Fernando Noy y Bobby Flores, entre muchos otros.
Por otro lado, la película da cuenta del gran proceso de recolección de datos, así como de digitalización de archivos inéditos, que se llevó a cabo a lo largo de los dos años de preparación. Los materiales le otorgan una mayor veracidad a cada testimonio y reviven el espíritu libre de la discoteca.
El documental le concede un lugar muy importante al nacimiento de la radio Rock & Pop y del suplemento Sí del diario Clarín, ya que junto con Cemento dieron sustento al movimiento de la contracultura y posibilitaron el ascenso de reconocidas bandas del rock nacional. Además, el trabajo hace un especial énfasis en la obra de Omar Chabán, enaltece su historia de amor con Katja Alemann y no deja de lado la tragedia sucedida en Cromañón.
La película presenta una estética muy particular, ya que recrear el clima rockero de los años 90. Los recursos más utilizados son los glitch de video, los papeles de flyers, los grafittis y las fotografías, entre otros. En este punto, se hace fundamental destacar el plus que le aporta el hecho de que Aldana Aguirre y Alejandro Taranto hayan estado a cargo de la musicalización, porque logran exitosamente la fluidez del film.