Comando especial

Crítica de Fernando López - La Nación

Los títulos -el original en inglés y el de la versión en castellano- son los mismos, pero 21 Jump Street (o Comando especial ) está lejos de ser una remake de la serie televisiva de Fox Network que entre 1987 y 1991 fue muy popular entre el público juvenil norteamericano y se ganó un lugar en la historia por haber catapultado a la popularidad a Johnny Depp. La serie, difundida entre nosotros por Telefé algún tiempo después de su estreno en los Estados Unidos, contaba las aventuras de un escuadrón especial de la policía integrado por jóvenes agentes adiestrados para infiltrarse entre los estudiantes de secundaria e investigar delitos vinculados con ellos. Uno de los policías encubiertos era Depp, que muy a su pesar se convirtió en un ídolo juvenil: "Un póster de plástico", escribió alguna vez, del que lo liberó Tim Burton con El joven Manos de Tijera .

De aquellos policiales de acción ha quedado poco, casi nada, tras la intervención de los guionistas Michael Bacall y Jonah Hill y los directores Phil Lord y Christopher Miller. La operación consistió en tomar la idea original (los dos protagonistas son policías novatos haciéndose pasar por muchachos de secundaria) para poder desembarcar en la clásica bufonada estudiantil saturada de alusiones a los genitales, lo que algunos llaman humor de baño, chistes más tontos que groseros, algo de homofobia y misoginia y todos los ingredientes de lo que la comedia norteamericana de estos tiempos destina a un público juvenil (de 12 años de edad mental promedio) que no parece merecerle demasiado respeto, tan exigua es la porción de ingenio que invierte en su entretenimiento. Eso sí: hay bastantes apuntes satíricos: algunos eficaces (la secundaria se parece poco a la que ellos dejaron no hace tanto: culpa de Glee , dicen); otros no pasan de la parodia fácil sobre lugares comunes de la TV y el cine o sobre programas y figuras de ese medio. Y bastante de todo eso -en el lenguaje, particularmente- parece demasiado destinado al consumo local.

La operación implicó la mezcla de varias fórmulas: un poco de buddy movie , un poco de Locademia de policía , bastante de comedia inmadura para adolescentes, un poco de acción. La pareja despareja la integran el galán atlético, ganador en todo menos el estudio, y el blanco de sus burlas: el gordito feo y torpe, pero buen alumno. Los dos ingresan en la policía y van a parar a ese escuadrón especial cuyo irascible jefe impone su lema "Asuma su estereotipo". O sea, muéstrense como son. En este caso, incompetentes, torpes. Y encuentren al que está proveyendo una nueva droga. Esto justifica la acción -descabellada por supuesto-, que se amontona sobre todo en la parte final, con algo de cartoon. Los directores no son expertos en el género, aunque sí saben imponer (salvo en el comienzo, bastante aletargado) el ritmo vertiginoso que ayuda a disimular la escasez de ingenio. Lo demás es lo de siempre. Enredos, golpes, chicas, humor físico, irreverencia, rivalidad, distanciamiento, reconciliación. Todo en tren de farsa más bien burda.

El peso recae en la pareja protagónica: Jonah Hill ( Supercool, El juego de la fortuna ) está en su salsa; Channing Tatum sorprende por su aptitud para el humor físico; hay cierta química entre ellos. Y de yapa: un (quizá previsible) cameo. Algo es algo.