Los directores de Lilo y Stitch se cruzan de vereda y abandonan el dibujo clásico y los estudios Disney para pasar a la aventura 3D de DreamWorks, el estudio creado por Spielberg. Las grandes novedades de Cómo entrenar a tu dragón no son parte de la historia, cosa rara si las hay en una película sobre un joven vikingo que entrena dragones. Una historia infantoadolescente que pretende educar con un mensaje típico de amistad, tolerancia e igualdad que, por suerte, le deja mucho lugar a la aventura, una apuesta que ya había pagado bien a los cineastas Dean DeBlois y Chris Sanders. Pero lo más lindo de Cómo entrenar a tu dragón está en cada vuelo de esos bichos del título, que le agregan todavía más texturas al imperdible efecto del 3D.