La familia, la pérdida, la identidad, el destino. Sin duda, temas recurrentes a la hora de contar una buena historia. Cómo Funcionan Casi Todas las Cosas es un muy buen ejemplo.
Cuando muere su padre, Celina (Verónica Gerez) decide dejar su trabajo en una casilla de un peaje semiabandonado de San Juan y comienza a trabajar de lo que hacía su progenitor: vender libros puerta a puerta, o de ciudad en ciudad. Más precisamente, la enciclopedia Como Funcionan Casi Todas las Cosas, que incluye una gran cantidad de consejos para mejorar la vida, como un libro de autoayuda. El objetivo de la muchacha es reunir la cantidad suficiente de dinero para viajar a Italia en busca de su madre, quien la abandonó de niña. De manera que hace a un lado lo poco que tiene (incluyendo a un enamorado) y sale en busca de su pasado, en busca de sí misma. En el camino conocerá nuevos personajes y tendrá importantes revelaciones.
La ópera prima de Fernando Salem sigue a Celina en su periplo, que a partir de la segunda mitad deriva en una road movie donde la muchacha compartirá experiencias con una colega de más trayectoria (Pilar Gamboa) y el hijo de ella. La película también se detiene en los personajes secundarios, quienes, al igual que la protagonista, se turnan para abrir cada secuencia contando algo a cámara, además de aportar momentos de humor y dolor.
Además de saber equilibrar una serie de sensaciones y tonos, Salem demuestra que sabe sacarle el jugo a las actuaciones, en especial la de la debutante Verónica Gerez; ella debe cargarse la película al hombro, y lo hace con soltura y mostrando un amplio rango de emociones. También se lucen, en sus breves participaciones, Rafael Spregelburd, Marilú Marini, Miriam Odorico y Esteban Bigliardi. Y sería injusto ignorar a los desérticos parajes de San Juan, aprovechados como un personaje más, siempre en función de la historia y evitando mayormente el pintoresquismo que suele aparecer cuando se filma el interior del país (hay algunos momentos de ese tenor, pero puestos de manera muy pensada por el director, con la finalidad de acentuar cierto carácter de fábula).
A veces cómica, a veces dramática, generalmente tierna y entrañable, Cómo Funcionan Casi Todas las Cosas es un pequeño pero no menos interesante relato de búsqueda de uno mismo, sin abusar de las contemplaciones, que también permite ver el talento de un nuevo y promisorio cineasta argentino.