Patitas de agentes secretos
Como el estudio que produce Como perros y gatos: La venganza de Kitty Galore es Warner Brothers, la función comienza con un nuevo cortometraje con los célebres y clásicos Coyote y Correcaminos como protagonistas. Excelente. Después de ese aperitivo, la presentación propiamente dicha del filme en cuestión. Excepcional en este caso. Una rutina de imágenes y colores, sobre la fantástica voz de Shirley Bassey, una rutina, con sello de las películas de espías de James Bond pero adaptado al mundo de las mascotas, es una especie de sinfonía de apertura para la historia.
La villana Kitty Galore está de regreso con un nuevo plan para destruir a sus archienemigos los perros. Un rayo que, emitido desde un satélite hacia todo el planeta Tierra, volverá locos a los canes y los enfrentará a sus mejores amigos, los hombres. El único resultado posible: perrera para todos.
El perdedor convertido en héroe será un ovejero alemán dado de baja en la policía, pero reclutado por una agencia secreta canina, que contra todas las expectativas será el guía de un eficaz trabajo en equipo alineado con las coordenadas de la justicia. Entre sus compañeros vale decirlo hay un felino, pues la villanía no es exclusiva de su raza.
Mucha naturalidad tienen las imágenes, en las que las mascotas ensayan todo tipo de emociones y expresiones sin que se note la mano de la computadora, son una de las características destacadas de esta producción muy prolija en su diseño visual, y repleto de detalles animados que van desde artefactos y minucias mecánicas hasta secuencias que, al que le gusta detenerse en la confección de la cosa, denotan una palpable complejidad en su armado.
Como perros y gatos es un buen combo con sentido del humor, dinamismo, y sorpresas que, aunque no evade el molde tradicional, que ya ha demostrado su eficacia, que se da el lujo de incluir al actor Roger Moore (un auténtico 007) en su elenco, y que deja la puerta abierta de par en par para un tercer capítulo. Los números invitan a que sea así. La original de Cómo perros y gatos (2001) costó 60 millones de dólares y recaudó 200 millones en todo el mundo. La actual insumió 85 millones en presupuesto, y parece tener un destino igualmente exitoso en las boleterías.