EL ROCKY DE LA NACIÓN HIP HOP
Rocky Balboa ya no es el semental joven que hizo la subida de las escaleras para contemplar el esplendor de Filadelfia en 1976, y nosotros tampoco. La vista no ha cambiado mucho, la fórmula de las películas de Rocky tampoco.
El director y escritor Ryan Coogler homenajea la creación de Sylvester Stallone con una Filadelfia cinematográfica de fondo, sostenido en el carisma de Michael B. Jordan, una mezcla que actualiza y calza perfecta a la mitología de Rocky.
Adonis es el hijo de Apollo Creed y necesita un entrenador, por lo que busca a Rocky, quien fue su adversario. Los fantasmas están por todas partes en Creed; el gimnasio de Mickey, el restaurante “Adrian”, la tumba de Paulie, y Rocky que aparece como un sobreviviente solitario, allí comienza el juego de seducción, ¿quién necesita más a quién? ¿Adonis a Rocky o viceversa?
“Creed” procede a tocar el mismo ritmo que las seis películas de Rocky que le preceden, todo el derrotero hasta la gran pelea final. Un trabajo de cámara fluido y por momentos virtuoso hacen el resto.
Complaciente con los fans -como debe ser en estos años de nostalgia cinéfila- “Creed” cumple con todos los propósitos que busca y deja a los fans pidiendo más. Llegando a un final que rinde homenaje a la película original de una manera agridulce, potenciado por el gran empuje emocional que proviene de la familiaridad de la audiencia con el personaje. Un triunfo por puntos en decisión dividida.