Una comedia sensible y trascendente de innegable raíz francesa
La nueva película de Emmanuel Mouret ("Las cosas que decimos, las cosas que hacemos") aborda una temática que el cine francés retrató hasta el hartazgo, pero con una perspectiva fresca y actual.
La historia entre Charlotte (Sandrine Kiberlain) y Simon (Vincent Macaigne) comienza de una manera algo torpe, casi por casualidad. A pesar de la impronta de lo pasajero que marca sus encuentros desde el inicio (desde el título mismo de la película), cada uno de ellos se va a ir transformando en una parte fundamental de la vida del otro.
Mouret construye una película con pocos actores, en la que los escenarios ocupan un lugar vital: un parque, un museo, una sala de exposiciones, algún hotel, algún paisaje fuera de la ciudad, e incluso una sala en la cual se proyecta Escenas de la vida conyugal (Scener ur ett äktenskap, 1973) de Ingmar Bergman se vuelven importantes tanto para la pareja como para los espectadores. Es inesperada pero fundamental la química entre Kiberlain y Macaigne, dos intérpretes de gran talla en el cine francés actual que sostienen y vuelven creíble e interesante esta historia.
El guión, de Mouret y Pierre Giraud, se inscribe naturalmente en una larga tradición del cine nacional. La herencia de la filmografía de Rohmer en su escritura es rotunda, al igual que en Las cosas que decimos, las cosas que hacemos (Les choses qu'on dit, les choses qu'on fait, 2020). Los debates sobre la naturaleza de los vínculos y sobre la moral, el ejercicio de definir la identidad a través de la palabra y la transición entre el otro imaginado y el otro de carne y hueso están presentes, aunque en esta oportunidad su tratamiento no es grave ni parsimonioso: está marcado por la complicidad, la honestidad y el humor. En el vínculo entre los personajes hay también una leve marca de las parejas de Woody Allen, especialmente en la escritura del personaje de Macaigne.
Crónicas de un affair (Chronique d'une liaison passagère, 2022) no es, al menos inicialmente, una película sobre las relaciones extramatrimoniales: su tema principal son los vínculos adultos y las dificultades que se presentan al conocer a alguien en cierto punto de la vida. Podría decirse incluso que es una película sobre las expectativas y sobre el deseo adulto cuando se lo despoja del ropaje excesivo del desgarramiento pasional. La temática es abordada de manera delicada desde el guión, desde lo visual, desde las interpretaciones y desde la música, y el resultado es una película muy bella que, en su tradición y en su género, funciona sin grieta alguna.