Para entender el tenor del humor que se utiliza en 'Cuando ellas quieren más' hay que remontarse a 2018, año en el que estrenó la primer parte de la película -también dirigida por Bill Holderman- que en nuestro país se tituló 'Cuando ellas quieren'. En la misma, la mayor transgresión que cometían las protagonistas, Diane Keaton, Jane Fonda, Mary Steenburgen y Candice Bergen, era, en lugar de leer a Virginia Woolf o Jane Austen en su club de lectura, echarle mano a la trilogía erótica `Cincuenta sombras de Grey', Con esa excusa la cinta se metía en el terreno del sexo después de los sesenta.
Y no es que hayan pasado tantos años desde 2018 a esta parte. Sin embargo, las comedias blancas y pasatistas ya comienzan a quedar un tanto desfasadas en la pantalla grande. Ya había sucedido con su antecesora, a `Cuando ellas quieren más' la salvan sus cuatro experimentadas protagonistas; de lo contrario, el resultado podría haber sido aún peor.
VIAJE DE CHICAS
El cuarteto vuelve a reunirse para celebrar la despedida de soltera de Vivian (Fonda), quien está pronta a casarse con Arthur (Don Johnson). Esa es la excusa para que juntas emprendan un viaje a Italia que estará lleno de contratiempos, pero que a la vez hará más fuerte el vínculo entre ellas.
En este caso, la diversidad está puesta en las diferentes personalidades y estados civiles de las amigas, siempre siguiendo la heteronorma. Vivian es la más abierta y asume sin tapujos -y con chistes un tanto subrayados- que su vida sexual fue y es de lo más entretenida, impronta que Fonda ya venía trabajando en la serie que protagonizó para Netflix, 'Grace and Frankie'.
Diane (Keaton) es viuda pero está de novia con Mitchell (Andy Garcia). Carol (Steenburgen) es la única casada -con Bruce (Craig T. Nelson)- y la jueza Sharon (Bergen), que en la primera parte tímidamente comenzaba a tener citas tras su divorcio, en esta ya está totalmente liberada y de hecho su personaje y el de Keaton son los que despiertan las risas más espontáneas.
Porque el resto del guion es una sumatoria de clichés y lugares comunes, y lo peor del caso es que da la sensación de que este tipo de comedias son el lugar en el que recalan actores y actrices icónicos de Hollywood a los que ya -por una cuestión de edad- se los ha marginado de la industria.
Es una pena que teniendo semejante elenco femenino -y masculino, que incluye una participación del gran Giancarlo Gianini- y un paisaje espectacular de fondo, el filme no arriesgue más. El vínculo de amistad entrañable entre las protagonistas está bien retratado y tiene momentos muy lindos, pero todo queda en el plano superficial, sin profundizar demasiado en nada.