¡Pero qué casualidad!
Un amor (casi) imposible.
Zac Efron se hizo un nombre jugando al básquet y cantando -en el orden que prefieran- en High School Musical . Pero demostró que es un muy buen actor en Me & Orson Welles , no estrenada aquí, y en Hairspray al lado de John Travolta no desentonaba. Aquí, como un (joven) veterano de guerra que regresa sano y salvo de milagro de Medio Oriente, no canta ni juega al básquet. Y aunque vuelve a mostrar que es un buen intérprete, su papel, el guión y la dirección de Scott Hicks (el de Claroscuro ) más que ayudarlo, lo empujan hacia el descrédito.
Zac es Logan, quien busca a una chica. Munido de la clásica fotito 4x4 que los soldados siempre llevan en la billetera de sus seres amados, con la leyenda Cuidate , que fue la que le salvó la vida a él, pero no al portador de la misma (¡la encontró!), quiere hallar a esa joven. Y la encuentra en un pueblito rural. Pero no le dice que la buscaba. Ni le muestra la foto. Ni le aclara que era de su hermano, por el que ella llora desde hace tiempo. Y consigue trabajo con ella, que tiene un ex marido golpeador. Y que tiene un hijo comprador.
¿Cuánto tiempo podrá Logan ocultar la fotito? Mejor: ¿por qué cuernos no le dice a Beth (Taylor Schilling) la verdad de una buena vez, y sanseacabó? Las respuestas a ambas preguntas están enumeradas en el primer párrafo: la construcción de su papel, el guión y la dirección, que no deja de acumular lugares comunes, clisés y vueltas de tuercas de lo más inverosímiles.
En el elenco está Blythe Danner ( La familia de mi novia ) como la mamá de Beth, pero poco importa. Schilling tiene un carisma extraño, no es bella pero sí llamativa como actriz. Zac Efron espera por otra mejor oportunidad.
Tranquilos: como en este filme, todo llega.