Arturo (GUSTAVO GARZÓN) es un hombre a quien se le anuncia una enfermedad terminal. La búsqueda de su cura lo llevará a replantear los aspectos básicos de cómo ha vivido la vida. El vínculo con su esposa (NOEMÍ FRENKEL) se transforma y redescubre a su compañera. Aprende a pedir perdón e intenta reconciliarse con su hijo, de quien está alejado desde hace largo tiempo. Intenta mejorar su salud para tener la oportunidad de ser intervenido quirúrgicamente y así, tal vez, curarse. Y de morir, nace la pregunta: ¿Cómo será recordado? ¿Como un hombre denso y oscuro? ¿O como el primer sorbo de un vaso de agua fresca?