Amor igualitario.
La película se basa en la historia real de Laurel Hester (Julianne Moore), una eficiente policía de Nueva Jersey que mantenía en secreto su homosexualidad hasta que conoció a Stacie Andrée (Ellen Page). Se enamoraron, armaron una pareja estable y feliz, y compraron una casa juntas.
Todo iba muy bien hasta que Laurel es diagnosticada con cáncer, la enfermedad crece rápidamente y sabiendo que va a morir quiere hacer todo lo posible para que la destinataria de su pensión sea su pareja, y así pueda terminar de pagar la casa en la que viven.
Como el matrimonio entre personas del mismo sexo no era legal en Nueva Jersey, la pareja debe embarcarse en una batalla legal para lograr su cometido. Ambas se enfrentan a un batallón de prejuicios, trabas legales, homofobia, y unas cuantas peripecias más para poder lograr su cometido.
Con la estructura y la estética de un telefilme, de forma detallada y testimonial la película muestra la historia de ambas y su lucha, haciendo eje en el romance y en el dolor al atravesar la enfermedad, pero mostrando también la reacción de los compañeros de Laurel, de una sociedad bastante pacata, y de políticos que no quieren quedar mal con sus votantes.
Es al exponer la respuesta social, que la película se pone bastante redundante; son las buenas interpretaciones las que hacen que el filme valga la pena a pesar de cierto tono melodramático y predecible. Especialmente las de la pareja central, pero también las de Michael Shannon y Steve Carrel quien interpreta a carismático activista gay -un tanto exagerado pero efectivo- que gracias a su experiencia se convierte en una gran ayuda para ambas.
Técnicaménte es un filme que apenas cumple, no hay nada que lo destaque visualmente. Con un relato tranquilo y equilibrado, basado en hechos significativos y con buenas interpretaciones, el relato no tiene fuerza ni profundidad, y elige el camino seguro del romance y el melodrama con lugares comunes, sin profundizar ni indagar en las causas y consecuencias de una sociedad homofóbica.