Risas, espadas y dos armas humeantes
Esta nueva película del sello Marvel se mofa de todas las producciones habidas y por haber del género superheroico, sorprende con un dinámico uso de cámaras y busca entretener con éxito
En agosto del año 2015 criticamos la película Los Cuatro Fantásticos y explicamos que, a pesar de que Disney compró Marvel Cómics en 2009, hay tres productoras haciendo películas sobre sus personajes: Marvel/ Disney, Sony Pictures y 20th Century Fox.
Pero mientras que Sony llegó a un acuerdo con Disney para compartir los personajes, Fox se niega denodadamente a colaborar o devolverlos y eso a veces le cuesta caro ya que, por ejemplo, a Los Cuatro Fantásticos les fue muy mal en taquilla por dos causas: es una película de regular para abajo y el estudio del ratoncito la boicoteó indirectamente cerrando la revista de esos personajes.
Sin embargo, a Fox todavía le quedan los personajes denominados "mutantes", esto es Wolverine, los exitosos X-Men y Deadpool, un personaje "menor" que sin embargo registra una de las mejores marcas de ventas de la compañía en varios países, Argentina incluída.
En este ámbito, entonces no debería extrañar que, tras más de 6 años de idas y venidas, Fox haya decidido estrenar la película del "mercenario con una gran boca" como lo llaman, y con Ryan Reynolds como protagonista, quizá uno de los dos actores, junto con Chris Evans, que más personajes de comics han interpretado.
Y si bien Los Cuatro Fantástico merecía ser el fracaso que significó para el estudio por el escaso compromiso de todos los involucrados, Deadpool no merece menos que llevar el título de mejor filme de Marvel del año, aunque sea el primero de los cuatro que llegarán en 2016.
Paso a explicarme: cuando se va a ver un filme que promete algunos chistes pero que seguramente es una más del montón y se sale de la sala riéndose a carcajadas, y dos horas después todavía hay escenas dando vueltas en la cabeza, el filme funcionó. Y en Deadpool, no hay uno de sus 108 minutos de duración que no sean memorables.
Lo cierto es que el filme actúa como una ópera prima por demás auspiciosa para el director Tim Miller, un cineasta que hasta el momento sólo se había destacado por una nominación al mejor corto animado en 2004 y que ha puesto todo lo que tenía a mano para hacer un producto sólido que además se anima a llegar a donde Marvel nunca se animaría a ir.
Miller actúa en conjunto con Reynolds y lo deja hacer de todo en cámara: el actor le habla al público, hay referencias infinitas a otras películas marvelianas (inclusive una a Linterna Verde, la "panquequeada" del intérprete en DC y el obligatorio cameo de Stan Lee), y va por más: humor negro a borbotones, chistes (muy) políticamente incorrectos, sexo casi explícito, y un nivel de sangre y violencia por demás impresionante para una producción del género.
Ya desde la secuencia inicial de títulos, que se presenta en cámara lenta recorriendo un momento al ritmo de "Angel of the Morning" de Juice Newton que comienza a provocar las primeras carcajadas, Miller anuncia que todo se trata de una gran broma al universo Marvel y que la película va a mantener el tono de las historietas, que son de corte netamente humorístico, al estilo del "Cazador" argentino.
Sin embargo, y a pesar de lo dicho, no todo son risas en el filme sino que también hay una historia clásica del héroe y su chica escrita por Rhett Reese y Paul Wernick (los de Tierra de Zombies) que se encarga de ir uniendo las diferentes escenas repletas de gags, espadazos y tiros.
En definitiva, Deadpool le impone a Marvel Disney un nuevo desafío: superarla, algo que la pacatería del estudio de Mickey Mouse y las princesas tiene estrictamente prohibidos desde antes de la "era de hielo" de su creador y que le significará Fox quedarse con este personaje por varios años más y concretar una secuela que se pondrá en marcha una vez que se confirme el regreso del equipo creativo.