¿Qué harías si mientras estás disfrutando de una tarde en la plaza con tu hijo de pronto él desaparece? Comienzas a caminar rápido, gritando su nombre, pero nadie responde. La adrenalina sube por tu garganta y el miedo se apodera de ti mientras giras en 180 grados y… ahí está tu hijo. Una mujer lo tira del brazo y lo mete en el interior de un auto, mientras corres desesperado por tratar de alcanzarlo.