Desconocido

Crítica de Emiliano Fernández - CineFreaks

Las ironías de la memoria

La nueva obra del talentoso Jaume Collet-Serra lo ubica en una posición inmejorable dentro del Hollywood contemporáneo, siempre repleto de asalariados que en última instancia demuestran ser incapaces de redondear una propuesta en verdad interesante: lo que el catalán hizo con el slasher en La Casa de Cera (House of Wax, 2005) y con el suspenso en La Huérfana (Orphan, 2009), aquí lo repite con el thriller de espionaje en la maravillosa Desconocido (Unknown, 2011), otro ejemplo del camino que debería transitar el cine de género. Concretamente nos referimos a una estrategia orientada a trabajar la tensión narrativa desde un registro realista, dinámico, cauteloso y con explosiones aisladas de furia.

En un principio la historia parece seguir los pasos de Búsqueda Frenética (Frantic, 1988) de Roman Polanski para rápidamente virar hacia un cóctel muy lúcido de Intriga Internacional (North by Northwest, 1959), El Hombre que Sabía Demasiado (The Man Who Knew Too Much, 1956) y algunos leitmotivs extraídos de la trilogía del inefable Jason Bourne. El Doctor Martin Harris (Liam Neeson) y su esposa Elizabeth (January Jones) llegan a Berlín por primera vez para una conferencia sobre biotecnología pero la estadía resulta un tanto difícil debido a que se olvidan la valija con los pasaportes en el aeropuerto y encima el señor termina en coma en un hospital producto de un accidente automovilístico.

Grande será su sorpresa cuando al despertar descubra que padece amnesia parcial, su mujer no lo reconoce y otro hombre ha asumido su identidad. Con la asistencia de Gina (Diane Kruger), la taxista que le salvó la vida, y Ernst Jürgen (Bruno Ganz), un investigador privado y ex miembro de la Stasi, hará todo lo posible para recuperar su pasado y eventualmente enfrentar a un dúo de sicarios implacables que no dejan de perseguirlo. Como puede apreciarse el elenco aglutina apellidos de renombre de distintas nacionalidades en un ensamble que funciona a la perfección dentro de los parámetros clasicistas del guión de Oliver Butcher y Stephen Cornwell a partir de una novela de Didier Van Cauwelaert.

Si bien se agradecen las pequeñas participaciones de Frank Langella y Sebastian Koch, de nuevo el que se lleva las palmas a pura serenidad y eficacia es Liam Neeson: el protagonista ayuda al director a asentar el verosímil en un espíritu retro que incluye un desarrollo progresivo del enigma principal, una puesta en escena meticulosa, mucha profesionalidad en los rubros técnicos y un puñado de elaboradas secuencias de acción. Collet-Serra esquiva el facilismo del torbellino hiperquinético y construye en cambio una pesadilla acerca de las ironías de la memoria con una vuelta de tuerca final a la Alfred Hitchcock que en términos prácticos homenajea a aquellos queridos MacGuffins del inglés.