Muchas de las mejores películas aparecen de la nada, en el momento menos previsto. Lo mismo se aplica a las peores. Detrás de las Paredes es una producción chica, no muy ambiciosa, pero el elenco y el equipo técnico es tan prestigioso que uno nunca podría haber imaginado un resultado final así de pobre.
Will Atenton (Daniel Craig), un respetado editor, deja su trabajo para dedicarle más tiempo a su familia. Él, su esposa (Rachel Weisz) y las dos hijas de ambos acaban de mudarse a una enorme casa en un barrio de los suburbios. Todo parece marchar bien, en medio de las consabidas remodelaciones, risas y cariño. Pero la tranquilidad se esfumará cuando Will nota que alguien los vigila por las noches, escondido entre la vegetación del jardín. No tardará en descubrir que en esa casa, cinco años atrás, un hombre mató a su familia. El asesino fue encerrado en un hospital psiquiátrico, pero ahora está libre y seguramente sea quien anda merodeando la vivienda. Aunque habrá más secretos que saldrán a la luz.
La película comienza como un thriller climático. Recuerda a films como Al Final de la Escalera, de Peter Medak, y El Resplandor, dirigida por Stanley Kubrik. Y, según el afiche, da toda la sensación de que la historia irá por el lado de lo sobrenatural. Sí hay una vuelta de tuerca, pero relacionada con lo psicológico, muy similar a films recientes —y muy superiores a Detrás...— que convendría no nombrar. Un giro tramposo, que al estar ubicado en mitad de la película, es estirado como un chicle hasta el final, donde hay otro giro, tiradísimo de los pelos.
El guión de por sí recurre a lugares comunes, pero incluso esos elementos están pésimamente manejados y puestos. Hay detalles y personajes diseñados para tener peso en el tercer acto, pero están tan mal trabajados que terminan produciendo sorpresa, pero en el mal sentido.
El veterano y premiado Jim Sheridan suele mostrar en sus obras familias puestas a prueba: las que hizo con Daniel Day Lewis (Mi Pie Izquierdo, En el Nombre del Padre y The Boxer), Tierra de Sueños, Rico o Muerto y Hermanos. Pese a su nula experiencia en thrillers, el director irlandés quiere ponerle garra a esta película, y para eso se rodeó de un gran equipo técnico, empezando por el director de fotografía Caleb Deschanel y la diseñadora de producción Carol Spier, habitual colaboradora de David Cronenberg. Pero sin un guión ni siquiera mediocre, las buenas intenciones de Sheridan quedaron en intentos. Además, maneja equivocadamente los puntos de vista de los personajes en escenas claves, lo que produce una confusión en el espectador.
Algo similar ocurre en con los actores. Figuras como Daniel Craig (en un papel pensado para Brad Pitt, quien tampoco luce como un editor), Rachel Weisz y Naomi Watts (la más desaprovechada) hacen lo que pueden con un texto por debajo de sus capacidades.
Mal escrita y peor vendida —el trailer lo cuenta todo—, Detrás de las Paredes es una fallidísimo film de suspenso que consigue poner nervioso al público, pero por lo horrible de lo que se está proyectando.