Manual del sabandija
Un gato sabandija, una pandilla de seguidores, y un policía que los vigila de cerca. Una chica atractiva y un jefe dispuesto a todo con tal de dominar la ciudad.
Muy recomendable opción para ofrecer a los niños esta traslación modernizada a la pantalla grande de una serie de la televisión con más de 50 años sobre sus espaldas, pero que venía siendo un clásico entre sus seguidores.
Don Gato y su pandilla fue un dibujo animado creado por una productora norteamericana y consistió en tan sólo 30 capítulos que fueron emitidos entre 1961 y 1962. Sin embargo, esos fueron suficientes para configurar un hecho curioso. Si bien el argumento de la tira es sobre un grupo de gatos de las calles de Manhattan y el astuto e ingenioso jefe que los ayuda a ganarse “las siete vidas”, Don Gato, ésta no tuvo tanta repercusión dentro de los EE.UU. como si en varios países de habla hispana.
Uno de ellos fue México, donde Top cat (tal su nombre original) siguió exhibiéndose por todos estos años y se convirtió en un referente del público. Esto es lo que le contagió el coraje a una empresa azteca, Ánima Studios, la misma que le dio trazo y movimiento al Chavo, a encarar este primer largometraje y además en doble formato porque incluye también el de 3D.
¿Por qué se habla de un estudio mejicano? Pues es un caso pionero en la industria de las relaciones comerciales de los estudios de Hollywood. Siendo los derechos de Don Gato propiedad de Warner Brothers, la compañía los cedió por primera vez a una colega extranjera para que haga uso de sus personajes. Valió la pena porque el filme producido es una pinturita a nivel animación y con un contenido divertido.
Un estilo de dibujos bonito, sencillo (pero no simple) aireado, con muchos colores, y un estupendo manejo de los efectos de tres dimensiones, de los mejores que haya traído el cine animado extranjero a Córdoba, encontrarán los espectadores.
En el plano argumental, una historia que si bien ha sido muchas veces contada ya, se las arreglaron para adornarla con personajes muy simpáticos, con personalidad, y con ocurrentes situaciones y diálogos, algunos de los cuales recuerdan a la vieja y buena escuela de los dibujitos animados.