El danés Christian E. Christiansen dirige Donde se esconde el diablo, una película de terror enmarcada en una comunidad amish.
El sexto día del sexto mes nacerán seis niñas. De ese grupo, saldrá quien acompañe al Diablo a regresar al mundo. Cuando nacen las seis niñas, el pastor ordena asesinarlas pero el padre de una de ellas (Rufus Sewell) logra convencerlo para que no sea así, al fin y al cabo, esta profecía parece ser más leyenda que otra cosa, o eso quieren creer. Pero los años pasan y ellas están por cumplir 18 años, el deadline se acerca a su final y poco a poco se van sucediendo cosas extrañas que pondrían en evidencia que efectivamente hay una fuerza maligna rondando.
Como si fuera poco, lo que al principio parece ser una película de época rápidamente pone en foco a una comunidad amish que, claro, vive apartada del resto de la sociedad, y la modernidad que la rodea. Uno (quizás el único) de los puntos interesantes del film, es que da pie a interrogantes al respecto. ¿Realmente se está más a salvo alejado de todo eso? ¿Estar alejados, que nos prohíban ciertos placeres culposos convierte a la persona, que a la larga no tiene poder de elección, en una mejor? ¿Por qué se le da tanto poder al pastor? Y es que acá, el pastor juega un papel primordial, porque mientras algunos lo siguen ciegamente, algunas de las chicas comienzan a cuestionarse sus actitudes y sus acciones para con ellas, haciéndolas dudar de si la profecía realmente existe.
Sin embargo, Donde se esconde el diablo, no termina de explotar esta arista que cuestionaría si la maldad a veces no es algo humano, apela a este tema en un tono más bien dramático onda telefilm (incluso hay una idea de retratar la etapa de la adolescencia de una manera naif, sí, porque estas chicas viven encerradas, y un primer amor que es prohibido porque proviene del afuera), y por momentos le agrega algo de terror. Algo, porque en realidad, en esta película de género, hay muy poco terror. Hay escenas de asesinatos, pero todos se suceden de manera poco original, poco creíble y, lo peor, tan rápido que los fanáticos del género no las podemos apreciar. Las muertes son predecibles y culpa de personajes vacíos que siempre toman la peor decisión a la hora de escapar de este asesino, producto de un guión sin imaginación alguna. Falta sangre, falta terror, incluso no hay un buen clima creado alrededor de todo lo diabólico que se supone que es lo principal del film.
A la larga, Donde se esconde el diablo no sólo no aporta nada al género, sino que ni siquiera le hace justicia, no aprovecha ni los recursos básicos que el terror ofrece. En cambio, quiere ser profunda y seria y termina siendo aún más ridícula y vacía de contenido.