“Mi destino es comer pizza y quedarme en la cama”, dice Reggie cuando es llamado a la aventura por otro pavo con delirios (al menos por ahora) de viajes en el tiempo y un gran pavo (una especie de dios de los pavos). Y es que Reggie tras varios años de lograr escapar para no ser cocinado en el Día de Gracias, consigue un hogar donde está muy cómodo pero se siente solo, y aunque se diga a sí mismo que le gusta estar así, sabemos que a nadie le gusta.
El primer problema que vamos a encontrar con Free Birds, es que tiene como tema central una festividad que nos es totalmente ajena, Acción de Gracias. El segundo, es que muchos no vamos a poder disfrutar en sala la película como corresponde, es decir en su idioma original, y esto no es sólo un detalle ya que actores como Owen Wilson, Woody Harrelson y Amy Poehler pusieron voces a los personajes.
Obviando esas cuestiones, Free Birds es una película simpática, sin muchas pretensiones, sobre la historia de un par de pavos que viajan al pasado para impedir que su especie sea el plato principal de cada Acción de Gracias. Si bien está destinada hacia un público infantil, tiene ciertas referencias y humor que un adulto bien podrá apreciar y disfrutar.
El director Jimmy Hayward, quien ya dirigió Horton y la fallida y nunca estrenada en pantallas grandes en nuestro país Jonah Hex, ha trabajado como animador de varias películas reconocidas como las dos primeras entregas de Toy Story, Monsters Inc y Finding Nemo, no obstante esta es la primera vez que además se pone en el lugar de guionista. Y si algo notamos al ver el film es que quizás este sea uno de los puntos más flojos.
Mientras el film empieza prometiendo una gran aventura, es cierto que a medida que se va desarrollando uno puede comenzar a perder interés, se torna casi aburrida, y al final todo resulta demasiado efectista. Es que la premisa de la que parte se percibe fuerte y atractiva, pero se va perdiendo un poco a lo largo del film. Sin duda, es una película que con un poco más de entusiasmo podría ser menos olvidada pero su simplicidad le juega a favor por momentos, logrando que pueda atrapar tanto a niños como a adultos, que serán quienes encontrarán las referencias y captarán algún subtexto que un niño no.
Al fin y al cabo no es más que otra película sobre la amistad, con alguna historia de amor, y moralejas subrayadas, sin desmerecerla.