Sabados de súper Argento
Con la estructura del Drácula clásico, sin grandes innovaciones en la historia, Argento presenta al mítico vampiro con una mezcla de terror, sangre, erotismo y algo de héroe romántico. Ya conocemos la historia pero aún así nos engancha desde el comienzo con esos elementos clásicos que siempre funcionan, al menos al principio de la película.
Jonathan (Unax Ugalde) viaja al castillo del conde Drácula (Thomas Kretschmann) para trabajar como bibliotecario. En esta versión el conde es una especie de beneficiario del pueblo y tiene con sus pobladores un pacto de silencio, es por eso que a pesar de los asesinatos que suceden por las noches nadie parece reaccionar. Mientras tanto Mina (Marta Gastini), la esposa de Jonathan, se hospeda en la casa de su amiga Lucy (Asia Argento), quien comienza a mostrar conductas extrañas.
Lo que comienza de forma bastante dinámica, antes de la primera mitad de la historia ya comienza a aburrir un poco, especialmente por lo acartonado del relato, lo molesto de las voces dobladas al inglés, y el tono tipo novela de la tarde que va tomando la historia.
A pesar de la buena fotografía de algunas escenas, la película no tarda mucho en volverse bizarra, con todos los elementos Argento. Técnicamente el filme es precario, con terror tipo pomarola, de ese donde la sangre salta desde la pantalla de forma no muy realista; y no podían faltar, y esta vez en 3D, personajes femeninos (hija de Argento incluida) para los que cualquier escena amerita quedarse en tetas.
La estética es bastante teatral, y entre tanto candelabro, mazmorra y Drácula vestido de largo -con música de película de terror de los años 50-, es imposible no recordar aquellas tardes de Sábados de Súper Acción. Un capítulo aparte merecen las transformaciones del Conde, quien aquí no solo se convierte en murciélago, sino también en lobo, lechuza y hasta en un extraño insecto verde absolutamente descolgado del resto de la estética de la película, como si alguien se hubiera equivocado de decorado.
En cuanto a las interpretaciones, la mayoría bastante sobreactuadas, el único que logra credibilidad y hacer interesante a su personaje es Rutger Hauer, en la piel de doctor Van Helsing.
Muchas versiones, y de todo tipo, se han hecho del célebre vampiro; tratándose de Argento uno esperaba alguna vuelta un poco más interesante. Bizarra, pero un poco más interesante.