El abrazo de la serpiente, la película colombiana nominada a los Oscars y que ganó en la Competencia Internacional del último Festival de Mar del Plata llega a los cines.
El punto de partida para El abrazo de la serpiente es la vida, en realidad los diarios, del etnógrafo y explorador alemán Theodor Koch-Grünberg. La película no sólo tiene como epígrafe una frase suya (sobre la experiencia de introducirse en el medio de la selva) sino que incluso su personaje está presente durante una de las dos líneas argumentales que se narran, dos líneas atemporales que terminan de fusionarse al final aunque los paralelismos aparecen desde un primer momento.
Theodor busca con obsesión una planta sagrada para curar la enfermedad que amenaza con llevarse su vida. Lo hace en el medio del Amazonas, un Amazonas que es retratada, como toda la película, en blanco y negro a través de cuidados encuadres que se amoldan a lo que cada momento quiere representar.
Es que el tema principal que aborda El abrazo de la serpiente es el de la imagen del hombre blanco europeo apoderándose de tierras vírgenes, naturales, sagradas. A medida que se sucede el film, los personajes van dando lecciones, a veces sobreexplicándose, y comprendiendo. “El conocimiento es para todos”.
Un nativo que se cree el último superviviente de su tribu ayudará a Theo a encontrar la planta que busca pero en realidad lo que van a encontrar es a ellos mismos. El abrazo de la serpiente es una película sensorial y filosófica que de todos modos no se siente que cae en pretensiones y retrata su historia a través de estos curiosos personajes que la van viviendo.
Por momentos con escenas terroríficas, por momentos algunas más cómicas o simpáticas, la película de Ciro Guerra es un homenaje a la selva amazónica y a las tradiciones ancestrales de las tribus nativas. Sin embargo, todo esto y la suma del blanco y negro, hacen que se sienta algo artificial.
Es hipnótica e intensa aunque su duración comienza a sentirse pasada la primera mitad (dura apenas poco más de dos horas) y hacia el final la locura se apodera del relato y se torna más delirante de lo esperado dentro del tono onírico (los sueños también forman parte importante de la película) que mantiene el film.
Interesante, extraña, experimental, El abrazo de la serpiente es una película que logra distinguirse aunque no pueda evitar sentirse despareja y artificial.