Es incontable la cantidad de mujeres que, en algún momento de su vida, fueron víctimas de alguna situación de acoso/abuso. Uno de los lugares más comunes en donde sucede esta vulneración sobre el cuerpo de la mujer es en el ámbito laboral. Michal Aviad, que previamente dirigió Invisible (film en el que habla sobre una violación), eligió la ficción para retratar esta situación.
Orna, mujer casada y con tres hijos, consigue un nuevo trabajo como asistente de un importante empresario del rubro de bienes raíces. No sólo este nuevo empleo la ayuda a salir de su zona de confort (algo que deseaba), sino que además cuenta con una remuneración lo suficientemente alta como para ayudar a resolver la crisis económica de su familia. Todo parece ir sobre ruedas hasta que su jefe, Benny, comienza a mostrar otras intenciones con ella.
En un comienzo son sólo “pequeños” comentarios acerca de su vestimenta, pero, poco a poco, las intenciones de este hombre dejarán de ser tan sutiles. Claro está que Orna vive en una sociedad (mundo) completamente machista. Por mucho que le explique a su jefe que se siente incómoda con sus actitudes completamente fuera de lugar, éste hace oídos sordos y se lo toma como si de un juego se tratase.
El acoso es un drama que refleja la situación de vulnerabilidad a la que miles de mujeres deben enfrentarse en su día a día. Y no sólo pone el foco en la situación del acoso en sí (llamarlo sólo acoso es minimizar realmente lo que vive la protagonista), sino todo lo que rodea ese hecho, como el descreer (o ningunear) siempre de la palabra de la víctima. Una vez más, la mujer deja de ser la víctima para pasar a ser la victimaria.
Michal Aviad evita caer en golpes bajos a la hora de relatar la historia. No necesita convertir la trama en un melodrama, la historia en sí es tan real y tan “moneda corriente” que con eso basta y sobra para poner la piel de gallina y generar impotencia frente a lo que se ve.
Sin caer en golpes bajos, El acoso es un drama que logra mostrar de una manera sencilla pero eficaz una de las tantas situaciones a las que las mujeres deben enfrentarse en su día a día. No sólo muestra cómo son vulneradas en ambientes que deberían ser seguros, como el laboral, sino también cómo para la sociedad siempre son ellas las culpables.