En los mejores casos, las comedias románticas constituyen un microcosmos que funciona de una manera ideal, como a uno le gustaría que fuera la vida; y en la vida, justamente, ya no parece quedar espacio ni para las risas ni para el romance. Ese es el camino que transita El Amor y Otras Historias.
Pablo (Ernesto Alterio), escritor de poco éxito y docente universitario, recibe el encargo de escribir una película acerca de una pareja de treintañeros españoles (será una co-producción), sus idas, sus vueltas, siempre respetando los códigos que hicieron triunfar a obras como Cuando Harry Conoció a Sally. En esta ficción, Víctor (Quim Gutiérrez) conoce a Marina (Marta Etura), se enamoran con la intensidad de los jóvenes que son… Paradójicamente, la vida de Pablo tiene poco y nada que ver con ese universo que está creando: la relación con su mujer (Julieta Cardinali) va de mal en peor, al punto de descubrir que ella lo engaña. Y de a poco, mientras intenta no deprimirse, algunos de sus recuerdos y anhelos irán colándose en el guión.
Las dos historias avanzan en paralelo, y aunque una es la contracara de la otra, no dejan de estar conectadas. El director Alejo Flah diferencia ambos mundos a través de recursos narrativos y cinematográficos. La vida real se ve apagada y es puro cinismo, desamor, “realidad” (separaciones, divorcios, sueños que quedaron en la nada); la fotografía es sobria y transmite la depresión que atraviesa Pablo. En cambio, lo que sucede en el guión rezuma juventud, ganas de vivir, alegría, promesas de amor eterno, siempre con una buscada estética propia de un aviso publicitario o de un videoclip. Además, hay una reflexión sobre los tópicos de la comedia romántica, como los amigos de los enamorados, que a veces suelen formar una pareja entre ellos.
El punto más alto reside en las actuaciones. Ernesto Alterio da en el blanco con su caracterización de un escritor que terminó desencantado con la vida, sobre todo en el aspecto sentimental. Julieta Cardinali vuelve a demostrar que, cuando participa en productos de calidad, sea en televisión, cine o teatro, siempre le da una vida especial a sus roles. También se destacan Luis Luque, como el empleador y amigo de Pablo, y Mónica Antonópulos, quien encarna a una vieja amiga del protagonista. Tampoco podemos omitir a María Alche, el nexo entre un universo y otro. Quim Gutiérrez y Marta Etura tienen la química exacta, y si bien forman parte de una ficción dentro de la ficción que es la película en sí, no dejan de transmitir lo suficiente como para que el público se enamore de ellos.
Más allá de que podría haber tenido un poco más de vuelo, El Amor y Otras Historias sigue siendo una película de una simpatía especial, a veces reflexiva, a veces tierna y encantadora, pero que deja con ganas de apostar a una relación.