En su ópera prima, el cineasta Gonzalo Zapico presenta El bosque de los perros: un drama lleno de tensión sobre encuentros, desencuentros, secretos y mentiras.
La película cuenta la historia de Mariela (Lorena Vega), una treintañera residente en Buenos Aires que regresa a su pueblo natal tras la muerte de su marido. Allí busca reencontrarse (y reconectar) con Gastón Méndez (Guillermo Pfening), un viejo amor de su adolescencia. El problema es que éste la rechaza de inmediato. De hecho, todo el pueblo (a excepción de su tía) parece sentirse incómodo con su presencia. En aquel lugar también se reencontrará con Carlos (Marcelo Subiotto), hermano de Gastón, con quién también parece haber tenido una relación paralela durante su juventud.
El bosque de los perros va alternando entre el pasado y el presente de la protagonista. Esto saltos temporales permitirán unir algún que otro cabo suelto, aunque los flashbacks aquí utilizados generan más dudas que respuestas. Sólo se nos mostrarán cuestiones parciales de Mariela y la relación que mantenía con estos dos hermanos. Por su parte, el tiempo presente despeja aún menos dudas. Se muestra a una protagonista perdida, sin un rumbo en concreto, que sólo actúa en base a lo que le dicta el momento.
Los secretos que envuelven a la protagonista –lejos de generar intriga y aumentar las expectativas con respecto al por qué de las cosas–, terminan haciendo que el relato se vuelva denso con el correr de los minutos. Durante la mayor parte del film Mariela se muestra tosca y a la defensiva con casi todos, motivo que sólo conlleva a la dificultad de empatizar con ella (al menos en gran parte del relato) y de entender por qué actúa de la forma en que lo hace.
La película se esfuerza en mantener un clima de tensión y de misterio a lo largo de toda la trama, para luego resolver todas las incógnitas en cuestión de minutos. Esto termina dando un resultado abrupto y atolondrado, que le quita parte de credibilidad al relato. Una vez expuestos dos de los secretos principales de la protagonista, la trama termina volviéndose predecible y haciendo que sea fácil anticipar cuál será la próxima jugada de Mariela.