La comedia neurótica de Laurent Tirard con Benjamin Lavernhe
Presentada en el festival de Cannes, la película está basada en una novela del historietista francés Fabcaro, que fue llevada al teatro en forma de unipersonal en 2019.
Treinta y ocho días después de haber sido abandonado por su novia, Adrien recibe un pedido que moviliza su vida. Durante una cena familiar, su cuñado le propone realizar el brindis de matrimonio, a manera de regalo para su hermana. Con la perspectiva de este brindis en el horizonte, Adrien emprende un viaje (metafórico, ya que la mayor parte del mismo sucede en su mente) que lo hará repensar su manera de vincularse.
El guión de El brindis (Le discours, 2020) a cargo del propio Laurent Tirard, está basado en una novela del historietista francés Fabcaro. Benjamin Lavernhe, actor estable de la Comédie francesa, desempeña de manera brillante el rol protagonista. Sus monólogos constituyen el corazón de la película, y su actuación es equilibrada, generando empatía pero también algunos momentos realmente hilarantes. El resto del elenco tiene apariciones que podrían decirse subsidiarias, y que contribuyen a sostener el tono de la película.
Temáticamente, El brindis no presenta grandes novedades: es una comedia romántica, con foco en los vínculos de pareja y en los familiares. Laurent Tirard, quien tiene en su haber adaptaciones cinematográficas de obras de René Goscinny (Astérix y Obélix y Le petit Nicolas), nos ofrece una película en la que el tipo de humor predominante es uno bastante característico de la comedia francesa, casi sin exabruptos. Sin embargo, su construcción, realizada a partir del contraste entre los escenarios que elabora la mente del protagonista -en la que cohabitan el momento presente, los flashbacks y la proyección de situaciones desconocidas, por ajenas o por futuras- resulta novedosa y divertida.
Quizá el punto débil de El brindis es su desenlace: en el salto entre las situaciones proyectadas y la situación real, algunos aspectos de la resolución se sienten levemente forzados. Queda preguntarse si había posibilidades de subsanar esa dificultad, o si era una tarea imposible debido a la naturaleza del planteo narrativo.
La pregunta es válida; no obstante, El brindis sigue siendo una película sólida, divertida y emotiva, con grandes momentos y disfrutable de comienzo a fin. Imperdible para los amantes de la comedia y, especialmente, para quienes sentimos debilidad por el cine francés.