En honor al abuelo Sheen
Plana, predecible y conformista, así es El camino. Un claro y cuasi literal homenaje al Camino de Santiago que no le hace ningún aporte al cine, aunque tal vez sí a algún espectador en búsqueda de historias lindas contadas de forma bonita.
Precisamente, esta linda historia se trata de un hombre un tanto convencional (Martin Sheen) que tiene un hijo más bien no convencional (Emilio Estevez), algo que se da a menudo en la vida y mucho más a menudo en el cine. A pesar de las recomendaciones de su padre, el hijo abandona su doctorado y emprende un viaje de mochilero por Europa. Allí, se le ocurre recorrer el Camino de Santiago pero a menos de la mitad de la travesía, perece en un accidente climático. Es entonces cuando el padre decide terminar el recorrido que comenzó su hijo, desperdigando sus restos a lo largo del camino.
Este hombre tosco y poco amigable se encuentra durante el trayecto con otros personajes tan estereotipados y exagerados como él, aunque por momentos geniales: Joost, un holandés drogón y adicto a la comida; Sarah, una señora bien conservada que intenta dejar el cigarrillo; y Jack, un escritor arrogante y trastornado. Ellos recorren el camino con objetivos diferentes y aunque al principio parecen odiarse, permanecen juntos durante todo el viaje y se secan las lágrimas los unos a los otros frente a la Catedral de Santiago de Compostela cuando todo llega a su fin. Por supuesto, es que con sus diferencias y similitudes ellos han aprendido a quererse; así de trillado como suena.
Plagada de simbolismos cristianos (algo inevitable -calculo- a la hora de ilustrar una ruta recorrida por peregrinos desde la Edad Media, que arriba a Santiago de Compostela, la ciudad más cristiana del mundo después de Jerusalén y Roma), El camino es predecible la mayor parte del tiempo y exagerada en otros.
Es imprescindible aclarar que, además de actuar de hijo muerto en forma de fantasma, Emilio Estevez es el director del film e hijo en la vida real de su padre de ficción, Martin Sheen (sí, también es el hermano sobrio de Charlie Sheen). Hecha esta aclaración, la película parece un gustito personal, muy poco ambicioso y rozando el género de la autoayuda, que se dieron padre e hijo en honor a sus raíces españolas.