Un ciclista es atropellado mientras regresaba a su casa de noche y el conductor sigue de largo sin mirar atrás. A partir de allí, el espectador se sumerge en las historias de dos familias: los Ossola y los Bernaschi. El Capital Humano es una historia sobre dinero y sobre cómo éste maneja a las personas, a veces sin que ellas se den cuenta de ello.
Por un lado está Dino Ossola, padre de familia. Es un hombre ambicioso, desesperado por ser rico y dispuesto a apostarlo todo por conseguirlo. Apenas aparece se puede sentir su sed de dinero: sus ojos se mueven excitados y hambrientos por la mansión de los Bernaschi. Desea tener eso con todas sus fuerzas. Ve la oportunidad en el padre del novio de su hija, el millonario Giovanni Bernaschi, quien trabaja con fondos de inversión. Dino pide un préstamo al banco y le da una exorbitante suma de dinero a Giovanni para que lo invierta con la esperanza de hacerse rico.
Giovanni, por su parte, vive en su mundo de números y especulaciones, y no podría importarle menos lo que pase con Dino y su dinero. Pero disfruta vivir con lujos, siempre quiere más plata y es capaz de apostar a la bancarrota de un país con tal de sumar euros en sus cuentas. Todo parece ser un cálculo para él con un único objetivo: más, más y más dinero. Su esposa vive con nostalgia por la carrera de actriz que no tuvo y los sueños que no pudo cumplir. Decidió abandonar su pasión por una vida cómoda en un mundo de lujos pero que al final del día no la hacen feliz, dejándola vacía. Por último está Serena, la hija de Dino, que con tal de salvar al chico que ama está dispuesta a todo. A diferencia de su padre, no le interesa el dinero y sólo se preocupa y arriesga por su gran amor. Pero su determinación la llevan a tomar decisiones sin vacilar ni pensar en cómo perjudican a los demás.
La película cuenta con grandes actuaciones, cada personaje es tan creíble y natural que parecen personas de todos los días. Es fácil pensar en los Dinos del mundo o los Giovannis y el paralelismo con la realidad se hace casi de manera inmediata. Es un retrato actual de una sociedad atravesada por el capitalismo y obnubilada por el dinero.
Sin guardarse nada, el director Paolo Virzì muestra en su película personajes autodestructivos, hambrientos y dispuestos a todo por cumplir sus objetivos. En medio de todo esto está el ciclista atropellado. Aquel queda en un segundo plano, tan sólo como un grave hito en las historias de los protagonistas. Y tal vez lo más terrible y grandioso del filme sea ello: cómo muestra a ambas familias indiferentes ante esa víctima salvo cuando se trata de utilizarla para sus propios intereses o cuando esa víctima perjudica sus objetivos. La impunidad de quien está mejor posicionado.