James Ponsoldt, director de Aquí y ahora (2013) y El último tour (2015), presenta El círculo: una película basada en el libro homónimo de Dave Eggers.
Ambientada en un futuro no tan lejano, la película cuenta la historia de Mae Holland (Emma Watson), una joven que, luego de un largo período en un call center, es contratada para trabajar en El Círculo, la empresa más influyente en redes sociales a nivel mundial. Dicha compañía funciona como una especie de Gran Hermano: a través de diminutas cámaras colocadas en todo el mundo, y de un extenso perfil de cada persona, pretenden ver y saber todo.
Las cosas dan un giro cuando Mae es incentivada por Eamon Bailey (Tom Hanks), fundador de El Círculo, a participar de un experimento un tanto cuestionable: tendrá que transmitir las 24 horas de su día a día a través de internet. Dicho experimento no sólo rompe con los límites de la privacidad sino que además, como era de esperar, comienza a afectar la vida privada de sus seres queridos.
El Círculo se podría resumir en muy pocas palabras: un mal capítulo de Black Mirror. Si bien la película intentar hacer reflexionar en los aspectos negativos que trae el avance de la tecnología y el mal uso que se le da a las redes sociales, lejos se encuentra de alcanzar las complejas y oscuras tramas que hay en la serie creada por Charlie Brooker.
Otro aspecto en el que falla la película es en el desarrollo de los personajes, estos aparecen y desaparecen constantemente sin justificación alguna. Hasta el papel interpretado por la carismática Emma Watson genera poca empatía y, ¿para qué mentir?, resulta molesto el noventa por ciento del tiempo.
A pesar de que por momentos la película resulta entretenida, no se destaca en ningún aspecto. Ni la actuación de un actor consagrado como Tom Hanks resulta convincente.