Bernardo Kehoe es un pintor tucumano exiliado en Buenos Aires durante los primeros años de la democracia, luego de vivir la persecución por ser homosexual y artista. Abriendo su casa, nos abre también las puertas a un universo creativo que fluye sin detenerse. Rodeado de mujeres inspiradoras, magos, samuráis y geishas, dirige su obra y su vida que se resiste a las convenciones.
Una muestra retrospectiva en una reconocida sala lo lleva, a los 70 años, a reunir y dar vida a sus personajes a través de una performance con la que trasciende la tela.