Con una escena que remite directamente a The Wall (Alan Parker, 1982) se nos introduce a la vida de Esteban (Patricio Penna) un adolescente víctima del bullying (cuando el término no existía, como dice la película). Es Formosa, en 1998 y ante la llegada al colegio de Gastón (Felipe Ramusio Mora), el mundo de Esteban y el del pueblo cambiará. Con un pulso intenso y parejo la película va abandonando de a poco cualquier intención de hacer un comentario sobre la educación y la sociedad para ir definitivamente por el thriller. El resultado es convincente y pone al director como un gran promesa para el cine industrial de nuestro país.