La adolescencia es un período complicado de la vida. Algunas veces, ciertas inquietudes derivan en comportamientos oscuros. El cine supo dar una buena cantidad de jóvenes tenebrosos. Michael Haneke se preocupó por el tema en Benny’s Video (1992) y Horas de Terror (Funny Games, 1997). ¿Y cómo olvidar a Brad Renfro en El Aprendiz (Apt Pupil, 1998)? Más acá en el tiempo, con distintos enfoques, Donnie Darko (2002) y Tenemos que Hablar de Kevin (We need to talk about Kevin, 2011), y podríamos seguir. El Corral (2017) sigue a esa manada.
Formosa, 1998. Esteban (Patricio Penna) es un muchacho tímido, víctima del abuso por parte de sus compañeros, ignorado por su familia, que trata de evadirse escribiendo poesía. Su vida cambia cuando llega al colegio Gastón (Felipe Ramusio Mora), un compañero rebelde, audaz y sensual para las chicas. Ambos formarán una inesperada amistad, en la que Gastón toma la iniciativa. Y la iniciativa se relaciona con cometer hechos vandálicos contra el colegio y algunos profesores, a fin de desahogarse, de inquietar un poco a esas ovejas de corral. Sin embargo, la escalada de actos prohibidos irá en aumento, y Esteban empezará a cuestionarse los comportamientos de su amigo y de sí mismo.
En La Inocencia de la Araña (2011), su ópera prima, el director Sebastián Caulier ya había presentado a dos chicas obsesivas incursionando en episodios violentos. Aquí sigue en esa dirección, y le agrega más elementos sexuales y sangrientos. La relación entre Esteban y Gastón remite a dos episodios reales que, a su vez, dieron pie a libros y películas muy exitosos. Por un lado, el caso de Leopold y Loeb, universitarios que en 1924 cometieron el denominado “crimen del siglo”: secuestraron y asesinaron a un muchacho sólo para demostrar que podían hacerlo y quedar impunes. Por otro lado, Dick Hickock y Perry Smith, responsables de matar a una familia en Kansas, allá por 1959; este hecho se volvió popular gracias a la novela A Sangre Fría, de Truman Capote.
La elección de los hasta ahora desconocidos Patricio Penna, Felipe Ramusio Mora para los roles protagónicos es uno de los puntos fuertes de la película, además de ciertos climas donde se mezcla la cotidianeidad con lo siniestro. Y aunque en determinado punto la historia se vuelve predecible, nunca pierde interés.
Mitad thriller, mitad historia de madurez, El Corral no deja de ser un film diferente dentro del cine argentino. Caulier confesó que es parte de una trilogía que comenzó con La Inocencia…, de manera que queda esperar un nuevo opus con psicópatas sub17.