Deseo sin límites
El desconocido del lago, la nueva película de Alain Guiraudie ( que puede verse hoy y la semana próxima en la Semana del Cine Francés-Les Avant Premières) tiene la habilidad de ser suave y provocadora a la vez. Sus planos extendidos nos permiten apreciar la belleza del lago silente, y que lejos de chocar, acompañan a la perfección la historia cargada de sexo que Alain nos presenta.
Franck es un joven gay que cierto día descubre una playa nudista gay en un lugar paradisíaco de Francia; junto a ella el lago será el escenario donde este joven pasará sus vacaciones. Conoce allí a un hombre mayor heterosexual (el único que no va al lago a ligar) con quien entabla una amistad y relación de confianza cuasi fraternal. Allí Franck ocupará el exceso de tiempo libre y vacío charlas con este señor, y además en comenzar su obsesión por otro hombre, Michel, un hombre alto, fuerte y fornido con un cuerpo tan bello como deseado por varios habitúes del refugio veraniego, por quien desde un primer momento siente atracción incontrolable.
Esta primera mitad de la película se desarrolla de forma lenta, los detalles visuales y narrativos están muy pensados y cuidados, brindando planos absolutamente bellos y armoniosos. Sin embargo todo cambia cuando Franck ve a su objeto de deseo cometer un crimen en pleno lago. A partir de eso, su deseo inconmensurable le hará frente a la realidad en peligro que él vive, pero la racionalidad perderá la batalla ante la pasión creciente entre ambos mientras la trapa policial comienza a hacerse presente.
Si bien ésta es una película sexualmente intensa con un viraje argumental hacia lo policial: la temática de EL DESCONOCIDO DEL LAGO no es sólo sobre el sexo entre hombres, la pasión y el peligro. Desde su particular y admirable construcción, Guiraudie nos propone pensar en nuevas convenciones sobre la relación y vinculación con posibles partenaires, acercándonos más a una libertad y frescura que, al rozar el tópico de la muerte, podrían en una primera lectura parecer insólitas, o incluso irresponsables, pero aquí resultan coherentes al ver que en el protagonista y los demás actores secundarios, el deseo prima por sobre todo, por más riesgo de vida que esté en juego.
El uso de los cuerpos, que podemos ver desnudos durante la mayor parte de la película, y las escenas recurrentes de sexo explícito, brindan una sensación de naturalismo que se corresponde con el espíritu de libertad que el film abraza. Obsesión, pasión y las idas y vueltas vinculares se entremezclan a la perfección en este pequeño paraíso donde diariamente hay sexo en medio del bosque y miradas cómplices a la hora de tomar sol, y donde sobre todo el deseo circula y se ve en mayor o menor medida en cada plano del film de Guiraudie.