Escuadrón Suicida

Crítica de Fernando Casals - Revista Meta

EL CINE Y DC: UN MATRIMONIO EN CRISIS INFINITA

Escuadrón Suicida es una mezcolanza, sobrecargada, llena de flashbacks y un montón de escenas en las que no está claro por qué algunos personajes actúan de tal manera y por qué debería importarnos. En obvia comparación, Batman vs Superman – El origen de la Justicia (2016), luce coherente. Lo peor del caso es que esta película fue escrita y dirigida por David Ayer, el hombre detrás del guión de Training Day (2001) y de la cámara en Fury (2014).

La trama inicial muestra a las autoridades -encabezada por una oficial de inteligencia interpretada por una impostada Viola Davis– preocupadas por la posibilidad que un ser tan poderoso como Superman, pero con malas intenciones, pueda llegar y destruir la Tierra. Así la oficial Amanda Waller tiene la -pobre- idea de armar un equipo de criminales, actualmente encarcelados, y algunos de ellos dueños de poderes especiales, para luchar con esta posible amenaza. Con Deadshot como protagonista el escuadrón toma el familiar set-up de The Dirty Dozen (Aldrich, 1967) y construye una historia sin suspenso, y con personajes a los que se les busca desesperadamente un peso emocional que no tienen (especialmente en Harley Quinn y su relación con el Joker y en Deadshot y su hija)

Apenas más más brillante en su paleta que BvS, y definitivamente más decadente. Escuadrón Suicida no sabe que película quiere ser, como si Zack Snyder y Los Russo Bros. hubiesen tenido un hijo defectuoso. Un triste cameo de Batman, diálogos irrisorios y una villana ridícula en un final de videojuego con oleadas de minions sin rostro -literalmente- sin metas o motivación y con el peor uso de canciones licenciadas de la historia. Eso es Escuadrón suicida, eso y el carisma de Margot Robbie y su figura hecha de sueños adolescentes, y un Jared Leto como el Joker en un cameo extendido.

Un pésimo guión, que explica demasiado o demasiado poco, y escenas de acción que pueden ser algo más violentas que lo usual, pero no interesantes. Tanto tiempo dedica el film a explicar el trasfondo de cada personaje del escuadrón que casi no hay espacio para una historia real. Y así se transforma en otra película más sobre la destrucción de un gran rayo brillante de energía en el cielo. Desde la primera escena hasta la última, es un caos absoluto, que busca esconder sus falta de imaginación con un ritmo trepidante, una narrativa confusa, y -claro- todo el volumen de la trillada banda sonora de éxitos de la radio.

Digan lo que quieran sobre la BvS de Zack Snyder, pero al menos esa película tenía un punto de vista visual algo distintivo, al menos eso.

BRIGADA COLA
Todo lo que se necesita es una demostración de magia en la sala de juntas y toda la ridícula idea de un Escuadrón Suicida tiene luz verde. Es decir, ¿que podría salir mal?
El Beso. Batman salva a Harley Quinn de ahogarse e inmediatamente se pone boca a boca. Ella lo besa, todo innecesario.
Slipknot. Lo matan a tan sólo unos minutos después de haber sido introducido. Una verguenza.
Deadshot, el panqueque. En principio planea matar a Waller y a Rick Flag. Apenas unos minutos más tarde sugiere proteger al Flag.
Boomerang no hace nada. Lanza un boomerang, que ni siquiera hace daño. Luego en la escena del bar abandona al escuadrón… sólo para reunirse con todos de nuevo unos momentos más tarde.
Katana, la nada. Tiene una espada que captura las almas de sus víctimas -un lindo concepto- desaprovechada, tiene una linea de dialogo.
Encantadoramente tonta. La magia de Enchantress estaba capturando a todo el universo, en vez de escaparse y dejar que el encanto siga su curso, decide quedarse a pelear.