Escuadrón Suicida: una bomba que estalla con un estruendo menor
Una nueva película basada en personajes de DC Comics se llega a la Argentina precedida por malas críticas pero con una taquilla impresionante. ¿Quién tiene razón: el periodismo o el público?
En un mundo que todavía no cuenta con la Liga de la Justicia, y cuando las papas queman, el gobierno de los Estados Unidos suele recurrir a seres que no tienen nada que perder y que arriesgarán todo con tal de recuperar su libertad, reducir su condena o al menos obtener una TV en su celda.
Este es, a grandes rasgos el argumento de El Escuadrón Suicida, una película que continúa claramente a la tan criticada Batman v Superman –que llegó a los cines argentinos en marzo- y que es casi imprescindible ver para poder disfrutar de esta obra en todos sus aspectos. Y digo "casi imprescindible" porque aquellos que no han visto esa película suelen descalificar a El Escuadrón Suicida, que en ocasiones depende en exceso de la anterior para explicar ciertos detalles como son la mención a la muerte de cierto súperheroe, la aparición de otro con traje rojo así de la nada, y la omnipresencia de Batman a lo largo del metraje.
La película está basada en una serie de DC cómics que viene siendo editada desde hace décadas en la cual una agente gubernamental llamada Amanda Waller elige a un grupo de villanos que los héroes han hecho prisioneros y los envía a cumplir misiones de las que tienen pocas probabilidades de salir con vida. Debido a esto, el título suele cambiar de formación a medida que avanzan los números aunque cuando alguno de los malos vuelve a caer, siempre puede optar por servir a Waller.
En la película, Waller (Viola Davis) cuenta con algunos "vitalicios" del comic como Deashot (Will Smith), Harley Quinn (Margot Robbie), Capitán Bumerang (Jai Courtney), El Diablo (Jay Hernández) y Killer Croc (Adewale Akinnuoye-Agbaje) , todos ellos controlados por Rick Flagg (Joel Kinnaman), uno de los "buenos" pero también bastante turro.
Hasta acá todo muy bonito pero a la hora de los bifes, el director David Ayer (el de Corazones de Hierro y En la Mira) parece haberse puesto las pilas y, como refuerzo, haberse conectado a 220, y eso se traduce en una sobresaturación de la película con una estética que poco tiene de El Escuadrón Suicida y mucho de los Guardianes de la Galaxia de Marvel, como imitando el estilo simpático que tiene ese grupo de perdedores del espacio. La iconografía "candy crush", llena de colores que no tienen mucho que ver con la trama, y la inclusión de temas musicales muy exitosos parecen "excesivos" a la hora de ver la película.
Pero a pesar de eso, la historia del film es entretenida, de esas que han pasado mil veces en los cómics y fue pensada por sus autores para ser "Los Doce del Patíbulo" de los comics de DC.
Otro de los fuertes de la película es en el reparto multiestelar con el que cuenta, aunque las publicidades vistas a lo largo de los últimos seis meses son de lo más engañosas: no es la australiana Margot Robbie la protagonista sino Will Smith, que además logra acá uno de sus trabajos más logrados –lejos de Alí o En Busca de la Felicidad, por supuesto- y, en segundo lugar, de Joel Kinnaman.
La Robbie aparece sí, y cada una de sus irrupciones es una desborde de belleza y sensualidad, pero su papel no es el central ni mucho menos y sirve más que nada para justificar la participación de Jared Leto como el nuevo Joker (el Guasón, su novio que la quiere en libertad a toda costa) y de Batman, que cumple así su función de encadenar este filme a Batman v Superman y al de la Liga de la Justicia que se viene el año que próximo.
En cuanto al trabajo de Leto, los minutos que pasa en pantalla no son suficientes como para dar una impresión muy definida sobre la manera que tiene de llevar al personaje que antes encarnaron César Romero, Jack Nicholson y el fallecido Heath Ledger, y que le valió el Oscar en 2009: en algunos momentos es genial y en otros da miedo pero habrá que verlo en una futura película del Hombre Murciélago para terminar de entenderlo.
En definitiva, El Escuadrón Suicida no es en absoluto una mala película como dicen "algunas críticas", aunque tampoco es "la película más esperada del año" que anunciaron sus productores; es simplemente una bomba que estalla con un poco menos de estruendo del esperado y se deja ver muy bien, arranca sonrisas y divierte durante dos horas. Y eso, teniendo en cuenta el precio de las entradas de cine y las cosas que van llegando semana a semana, no es poco pedir a estas alturas.
De hecho, el dato de que la película recaudó nada menos que 135 millones de dólares durante el primer fin de semana de exhibición en los Estados Unidos, debe dar una idea de lo que el boca a boca le hizo a la crítica... una vez más.