Nada nuevo bajo el sol
Adrián Suar vuelve a protagonizar una comedia en el cine junto a Julieta Diaz, esta vez, sobre el tan amado fútbol. Cuánto hay de humor y cuánto hay de racionalidad en este filme, es un tema que seguirá quedando pendiente.
Pedro (Adrián Suar) es un adicto al fútbol, su vida gira en torno a una cancha, a los partidos de la televisión, a las camisetas que colecciona y a los “picaditos” con sus amigos. Verónica (Julieta Diaz), quien es su mujer, ya no sabe qué hacer para que su marido baje un poco a la realidad y deje de estar tan fanatizado con ese deporte. Él, por su parte, deberá tomar una decisión y enfrentarse a su pasión para no terminar de perder todo en su vida.
Carnevale, junto con Suar, vuelven a apelar a las historias simplistas y predecibles para dar origen a esta película que, si bien intenta dar un mensaje esperanzador frente a un deporte que cayó en desgracia hace tiempo, no escapan a los clichés típicos de la comedia romántica porteña. Con una estructura narrativa básica, un guion que no aporta nada que no se haya visto y actuaciones poco memorables, estamos sin duda ante uno de los trabajos más flojos del director, en lo que va de los últimos años.
Suar y Diaz no tienen ni un gramo de química, por lo que todas sus escenas juntos no inspiran mucho y parecen casi forzadas. El resto del elenco, con excepción de Alfredo Casero que le da aire fresco al proyecto, es un decorado que hace lo que puede con un guión tan minúsculo. Todo carece de racionalidad y coherencia de una manera descomunal, como si nadie entendiera que están dentro de una comedia y mínimamente deberían hacer reír a alguien.
Podríamos hablar de los aspectos técnicos del filme, que tampoco se lucen. Fotografía vacía de contenido, planos de manual, una banda sonora casi inexistente, es como si lo único interesante desde el punto de vista cinematográfico fueran los whatsapp y capturas de pantalla del celular que se transponen sobre la pantalla mientras la película avanza.
Está claro que el fútbol es pasión de multitudes, por lo que apelar a él es un gran acierto teniendo en cuenta que hoy por hoy casi nadie está exento de toparse con alguien con las características del protagonista. Podríamos decir que más de uno se sentiría identificado en ese amor por el deporte…pero no es el caso de esta película, que se queda a mitad de camino, entre el humor y lo irracional.