El forajido Gato con Botas regresa a su antiguo pueblo de San Ricardo tras los rumores que indican que allí se encuentran escondidas las habichuelas mágicas que permiten llegar a castillo celestial donde la gansa de los huevos de oro deposita su valiosa producción. En medio de su trabajo de espadachín, espía y ágil combatiente, Gato conoce a Kitty, una ladrona de guante blanco que anda detrás del mismo botín, y se reencuentra con un amigo de la infancia, el misterioso huevo Humpty Dumpty con quien compartió la niñez en el orfanato del lugar. Los tres conformarán un improbable equipo, pero ¿hasta donde se mantendrán la confianza, el honor, el amor y la amistad cuando la codicia entre en juego?
La primera spin-off de la saga Shrek no tiene ni una sola referencia a las películas que le dieron origen, algo realizado adrede según confesó el director Chris Miller en su paso por Buenos Aires hace algunas semanas. La dificultad de partir desde un punto conocido por el público de los cuatro filmes del ogro se resolvió a la perfección dejando atrás todo lo que ya conocíamos de Gato y llevándonos a sus orígenes, con varias incorporaciones y tomando de inspiración el cuento clásico de los frijoles mágicos. Los elementos del western que adopta el gato forajido, sumado a la ambientación española mejicana de las locaciones, van acordes a los talentos vocales de Antonio Baderas y Salma Hayek, quienes repitieron su trabajo de la versión original en las copias dobladas al español.
En el caso de “Gato con Botas” se nota claramente las diferencias que existen cuando una película es concebida directo en 3D, como lo fue aquí, a cuándo son agregados los efectos mediante la postproducción.